22 de febrero de 2010

LOS PELIGROS DE FUMAR EN LA CAMA, de Mariana Enriquez

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«Tenía que contener ese deseo, esas ganas de saciarme, de abrirlo, de jugar con sus órganos como trofeos escondidos.»
Mariana Enriquez, “Dónde estás corazón” en Los peligros de fumar en la cama.


         En Argentina se publica poco terror argentino, casi nada. Por fortuna, hoy tengo la posibilidad de festejar la aparición de un libro de terror en el más exacto de los sentidos. Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enriquez, reúne doce cuentos escalofriantes. Fantasmas, brujerías, obsesiones, canibalismo, necrofilia, posesiones, fobias… estos cuentos parecen tenerlo todo, y en rigor lo tienen. Buenas historias, escritas de manera impecable. Lo único lamentable es terminar el libro. Doce cuentos pueden ser muchos (de hecho, hay libros que se hacen con menos de la mitad), pero en este caso uno se queda con ganas de más. «Uno más y no jodemos más» le gritaríamos a la autora de tenerla cerca.


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- Obsesivos y paranoicos

         Los relatos de Los peligros de fumar en la cama nos muestran, de manera admirable, al individuo de ciudad, es decir a nosotros mismos, a nuestros contemporáneos: sujetos fóbicos, hedonistas hasta al punto de la flagelación, paranoicos, inclinados a los medicamentos (con los que se busca una placidez letárgica), depresivos. El elemento sobrenatural (que aparece en la mayoría de los cuentos, aunque no en todos) no desdibuja esta característica del libro: a un lado de los fantasmas están los hombres y las mujeres de hoy, haciendo lo que pueden por seguir adelante en un mundo que no ayuda. Éste es uno de los aspectos destacables del libro. Es muy común que en las historias de fantasmas los personajes vivos se vean desdibujados por la presencia de lo sobrenatural, a lo que se le da una mayor atención. Aquí ocurre todo lo contrario, la descripción de los personajes «vivos» son tan interesantes (y a veces más) que la de los «muertos». Cuentos como «Dónde estás corazón», «Ni cumpleaños ni bautismos», «Carne» o «Los peligros de fumar en la cama» (en los que el elemento sobrenatural está ausente o reducido al ámbito de la especulación) nos conmocionan de una forma especial, mostrándonos que el infierno puede estar en cualquier departamento o en cualquier casa, que los monstruos pueden ser nuestros vecinos o, en el peor de los casos, nosotros mismos.


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- Y fantasmas

         Pero los fantasmas están, y ocupan un lugar destacable en la mayoría de los cuentos. Sin embargo, su forma de abordarlos es original y vale la pena dedicarle unas palabras.

         Cuando alguien se dispone a contar una historia de aparecidos creemos saber lo que vamos a oír: un ser sobrenatural (malo) que se hace presente en el mundo de los vivos y aterroriza a los hombres (generalmente buenos e indefensos). De no ser así, esas historias jamás producirían miedo, como no lo produce Casper. ¿Verdad? Mariana Enriquez no demuestra que no. Los aparecidos pueden producir miedo, aunque no representen una amenaza para los vivos. Tengo que admitir que el cuento que abre el libro, «El desentierro de la angelita», me generó una sensación que bien se podría definir como ominosa. La visión de la pequeña, sus extremidades putrefactas, su silencio de tumba y sus pequeñas alitas de cartón me obligaron a cerrar el libro en un intento por racionalizar la sensación que me había embargado. ¿Cómo podía afectarme, si la pequeña ni siquiera era mala? Pero era, y estaba en este mundo, y a diferencia de lo que nos suelen decir de los fantasmas, no se quería ir. ¿Qué más terrible que la eterna tortura de ser niñero o niñera de un espectro putrefacto que nos adopta como padres y no nos permite elegir? ¿Qué más terrible que eso?


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- La maldad del ser humano

         Con los libros de cuentos es difícil, por no decir forzado, hacer una lectura general y totalizadora. Sin embargo, en Los peligros de fumar en la cama podemos ver algo interesante que se repite de una u otra forma en todos los relatos. En ellos, la maldad es privativa de los seres humanos. Los fantasmas no hacen el mal por maldad, sino por otras razones, como se puede ver en «El mirador», donde el fantasma de la mujer que vive en el hotel sólo quiere irse y para ello necesita un reemplazo; o en «Rambla Triste», donde una ciudad entera es prisionera de un grupo de fantasmas infantiles como castigo por el mal que les hicieron a ellos mientras vivían y eran niños. Pero éstos son sólo dos casos, en el resto de los cuentos los espectros ni siquiera hacen algo malo: los malos son siempre los vivos. En «La Virgen de la tosquera» es la maldad de los vivos la que produce una respuesta sobrenatural; en «El carrito» y «El aljibe» los seres humanos maldicen y traen la ruina a otros seres humanos; en «Dónde estás corazón» y «Carne» las obsesiones llegan a comportamientos criminales y morbosos. En sentido opuesto, vemos cómo en el ya mencionado «El desentierro de la angelita», así como también en «Chicos que faltan» o en «Cuando hablábamos con los muertos», los aparecidos no lastiman ni se enfrentan a los vivos; sólo están allí o, como se ve en el último de estos cuentos, intervienen de forma inofensiva.


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- Entonces

         La conclusión, a esta altura, es evidente. Los peligros de fumar en la cama es un libro efectivo en todos los aspectos: asusta con lo sobrenatural y perturba con lo natural de la maldad humana.

         Lo recomiendo, sin ningún tipo de peros.


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Sobre la autora: Mariana Enriquez nació en Buenos Aires en 1973. Es Licenciada en Periodismo y Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata y trabaja en Radar, el suplemento de arte y cultura de Página/12. Además, colabora con revistas como Rolling Stone, La Mano, Dulce Equis Negra y La Mujer de mi Vida. Publicó dos novelas, Bajar es lo peor (1995) y Cómo desaparecer completamente (2004), y participó en las antologías La joven guardia (2006), Una terraza propia (2006), En celo (2007) y Los días que vivimos en peligro (2009).


.- Enriquez, Mariana. Los peligros de fumar en la cama. Buenos Aires, Emecé, 2009.

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