1 de marzo de 2013

SINISTER: el trabajo no siempre es salud






          Ellison Oswalt (Ethan Hawke) es un escritor que diez años atrás conoció la gloria con un libro en el que resolvía un asesinato real. Desde entonces no ha hecho más que intentar repetir ese éxito, mudándose con toda su familia (su esposa Tracy y sus dos hijos, Trevor y Ashley) cerca de casas en las que se habían cometido asesinatos para después de una concienzuda investigación escribir un libro dando su hipótesis sobre lo ocurrido. Pero el problema es que no siempre da en el clavo. De hecho, sus dos últimos libros fueron todo un fracaso. No obstante, Oswalt no baja los brazos. Está seguro de que la fama, tan empecinadamente esquiva, volverá a visitarlo. Y sus especulaciones parecen darle la razón cuando se entera de un extraño homicidio en el que un matrimonio y dos de sus tres hijos fueron ahorcados de un árbol en el patio de su casa, quedando el quinto integrante, una nena, desaparecida. Sinister (en español Siniestro, 2012) se centra, justamente, en los esfuerzos de Oswalt por resolver ese asesinato. Él está convencido de que si lo logra, y si logra escribir el libro, podrá recuperar lo que el tiempo y una carrera poco brillante se encargaron de quitarle. Por eso mismo, en esta oportunidad no se contenta con mudarse cerca del lugar de los hechos, sino que se va a vivir con su familia (sin que ella lo sepa) a la casa en cuestión. Una vez allí, entre un proyector de películas en súper 8 y varias botellas de whisky, pondrá todo su empeño, por un lado, en descubrir al asesino de la familia y, por el otro, en averiguar sobre el destino de la nena desaparecida. Por lo menos hasta que la cosa se empiece a complicar y note que el asesino no es alguien común y corriente.

          La película está buena. La historia mantiene el suspenso hasta el final y la actuación de Ethan Hawke suma  puntos a un guión sólido y bien construido. Además, la ambientación en escenarios oscuros (Oswalt suele trabajar de noche, en su estudio, cuando no hace inspecciones nocturnas en el ático o en el jardín) hace que la placentera casa norteamericana se convierta en un escenario cuasi gótico. Y, por último, la utilización de películas caseras en súper 8 le agrega al conjunto esa cuota de clasicismo cinematográfico que nos recuerda, aún tendenciosamente, al vampiro de Murnau.

          Si lo dicho hasta ahora no convence, podemos hilar un poco más fino. Entre los temas que permite abordar la película (la fama, la función de la literatura, las crisis familiares, etc.), hay uno que me llamó la atención: la idea del trabajo. Sinister puede ser vista como una metáfora de las obsesiones laborales de las personas (y más aún de los escritores) que pueden poner en peligro su salud y el bienestar de sus familiares. Es obvio que Oswalt nota que su trabajo está afectando a su familia mucho antes de tomar una decisión, pero su obsesión por escribir el libro y la ambición de ver su nombre nuevamente en los medios de comunicación hacen que priorice su trabajo hasta el límite mismo de ver derrumbarse todo a su alrededor. Las consecuencias de semejante conducta y el hecho de si finalmente Oswalt toma o no la decisión de elegir entre su trabajo y su familia no las diré. Simplemente tendrán que ver la película.

          No se preocupen, vale la pena.


Ficha técnica:
Título original: Sinister
Año: 2012
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Director: Scott Derrickson
Guión: Scott Derrickson y C. Robert Cargill
Reparto: Ethan Hawke, James Ransone, Juliet Rylance, Vincent D'Onofrio
Productora: Automatik Entertainment / Blumhouse Productions / Possessed Pictures