18 de julio de 2013

ELOGIO A LA LENTITUD



- Sobre el cine de terror y el miedo


The Innkeepers (2011)
A partir de la reseña de The Innkeepers, me vi envuelto en una serie de discusiones que, a decir verdad, no tenía prevista: al parecer, a muchas personas la película les pareció bastante mala. Lo curioso es que lo que ellos señalaban como un defecto, yo lo veía como una virtud: la lentitud.

«Es demasiado lenta», me dijo uno, «A veces parece como que lo que pasa en una hora y media tranquilamente podría pasar en mucho menos», me aseguró otro. Lamentablemente, en la actualidad nos tienen acostumbrados a lo rápido, a seguir las imágenes con una velocidad tal que se despierta en nosotros la sensación de vértigo y, así, una película es buena cuando parece durar menos de lo que realmente dura.

Bueno, esto no es lo que pasa en The Innkeepers, y por eso me gustó. No porque su guión me haya parecido extraordinario (que no lo es), ni porque las actuaciones hayan sido ejemplares (que, a pesar de haberme gustado, no lo fueron), sino porque esta película le permite al espectador pensar en lo que pueda llegar a pasar, pero no de una manera instintiva o inconsciente, inmediatamente silenciada por la rápida sucesión de imágenes y sonidos, sino de una manera consciente, nerviosa, incluso exasperante. Terminamos pidiendo por favor que la escena concluya, prosiga o vaya a alguna parte. Por supuesto, al tener tiempo para considerar distintos desenlaces de la escena en cuestión, lo más probable es que terminemos adelantándonos a lo que vaya a ocurrir, pero esa es una cuestión menor. Lo importante aquí no es la sorpresa, sino la ansiedad, que es una forma de miedo.

En la reseña dije que The Innkeepers es una película que da miedo, no que asusta. Ese miedo es producido justamente por la lentitud con la que se desarrollan algunas escenas. Las películas de terror actuales nos asustan, nos sorprenden con imágenes intrépidas, (ilusoriamente) inesperadas, con sonidos igualmente intrépidos y subidos de decibeles, pero no nos dan tiempo de tener miedo. Para que haya miedo tiene que haber ansiedad (no por casualidad se le llama «ataque de pánico» a un ataque de ansiedad), y la ansiedad sólo puede generarse cuando esperamos algo que tarda en llegar. The Innkeepers no será una película genial, pero al menos se le puede reconocer eso.

Los lectores de novelas de terror sabrán de lo que hablo. En literatura, la posibilidad de sorprender con imágenes abruptas o de exaltar con sonidos ensordecedores es nula. En las páginas de un libro, sólo se puede conmocionar al lector generando una atmósfera, metiéndose en su cabeza y jugando con su consciente al tiempo que se socava su inconsciente, para que después, una vez que la lectura haya concluido y el libro esté cerrado, ese miedo siga presente, resuelto a no marcharse, al menos por un tiempo. Por eso los libros suelen ser mejores que las películas.

Coming Soon (2008)
Por desidia o incapacidad, las películas de hoy dejaron de generar miedo, contentándose apenas con asustar a los espectadores. Incluso, se recurre a formas tan burdas que ya son pocos los que sienten que esas historias los acompañan después de haber salido del cine o de haber apagado la televisión. Los defensores del cine contemporáneo suelen culpar a la insensibilidad de las personas («en el mundo de hoy, la gente ya no se asusta», me han dicho más de una vez), pero no son más que excusas. Hoy en día, las personas sienten más miedo que antes, y si el arte no se aprovecha de eso es por incapacidad, por duro que suene. Claro que no todo está perdido, directores como el tailandés Sophon Sakdaphisit (Coming Soon, 2008; Laddaland, 2011) nos muestran que el miedo sigue estando presente, aunque para encontrarlo haya que recorrer caminos alternativos.

Atrás quedaron los tiempos de El bebé de Rosemary, Carrie o El exorcista. Y lo más triste de todo es que los espectadores terminaron comprando (y reclamando) este estado de cosas. En este sentido, la industria cultural (en boca de Adorno) ha resultado vencedora.


16 de julio de 2013

THE INNKEEPERS: una película que da miedo




            Hay películas que con muy poco hacen mucho (la ecuación inversa también suele darse, incluso con más frecuencia). The Innkeepers (2011), dirigida por Ti West y protagonizada por Sara Paxton, es un buen ejemplo de eso. No se estrenó esta semana, ni siquiera está en el cine en estos momentos, sin embargo merece que se hable un poco de ella. Últimamente, son pocas las películas que dejan algo más que la sensación de haber perdido el tiempo (y esto no sólo con el género «terror», sino en general, como es el caso de las comedias, que no cesan de repetirse desde hace varias décadas). Por eso, cuando uno ve una película que vale la pena recomendar, no tiene que dejar de hacerlo. Y teniendo en cuenta que The Innkeepers pasó con pena y sin gloria, el valor de una reseña se multiplica.


- The Innkeepers:

            Con más de un siglo de tradición a cuestas, el Yankee Pedlar Hotel está a punto de cerrar sus puertas. De hecho, permanecerá abierto sólo un fin de semana más, atendido por dos de sus empleados: Claire, una chica sin muchas expectativas en la vida (por no decir ninguna), y Luke, un muchacho que, tras abandonar la universidad, decide dedicarse a la cacería de fenómenos paranormales, para lo cual creó una página web. De esta manera, juntos, Claire y Luke, tratarán de desentrañar el misterio que rodea al mismo Yankee Pedlar Hotel: se dice que hace tiempo una mujer llamada Madeline O’Malley se ahorcó en una de las habitaciones el mismo día de su boda, y los dueños, para evitar una mala publicidad, ocultaron el cadáver en el sótano por varios días. Desde entonces, muchos clientes del hotel afirmaron haber visto el fantasma de una mujer vestida de blanco vagando por los pasillos del lugar, como si esperara algo, o a alguien. La presencia de dos  nuevos clientes, una ex actriz devenida en psíquica y un anciano que insiste en hospedarse en la habitación 353, completarán el cuadro de un fin de semana aterrador.

            Dividida en tres capítulos y un epílogo, como si de una novela se tratara, The Innkeepers es una muestra de que el cine de terror todavía puede generar miedo. Los manejos de la cámara, la música y la dosis de suspenso están a años luz de distancia de la intención de asustar a la que nos tiene acostumbrado el cine actual. The Innkeepers no busca asustar, sino producir miedo. Por esto mismo, se puede ver con los dientes bien apretados ya estemos solos en plena noche o rodeados de personas en lo más luminoso del día.


            The Innkeepers, dirigida por Ti West. Para agendar.


Ficha técnica:
Título original: The Innkeepers
Año: 2011
Duración: 102 min.
País: Estados Unidos
Director: Ti West
Guión: Ti West
Reparto: Sara Paxton, Pat Healy, Kelly McGillis, Alison Bartlett, Jake Ryan
Productora: Glass Eye Pix