Recientemente salió a la venta
en Argentina
NOS4A2 de Joe Hill, una extensa
novela de terror fantástico que sin lugar a dudas termina de confirmar, tal vez
por segunda vez ya, el lugar de preeminencia que este autor ocupa entre los
escritores de terror del siglo XXI. Dicen que ningún genio tiene hijos genios,
y aunque no me gusta abusar de la palabra “genio”, sí es cierto que en este
caso podemos estar ante una de esas excepciones que suelen confirmar las reglas
más absolutas: un gran escritor que tuvo un hijo que, tal y como viene la mano,
va en camino a convertirse en un gran escritor. Es que, como ya se dijo hasta
el cansancio, Joe Hill es ni más ni menos que Joseph Hillstrom King, el segundo
hijo del escritor más importante del género de terror de estos últimos
cincuenta (¿cien?) años: Stephen King.
Como acabo
de decir, la relación filial entre Joe Hill y Stephen King hace tiempo que dejó
de ser noticia, por lo que no vale la pena detenerse mucho en ella. Basta decir
que dicho vínculo carece de relevancia (o por lo menos de una relevancia
estricta), Joe Hill tiene todo lo que hace falta para construir su propio
camino y despegarse de esa incómoda etiqueta de “el hijo de…”. Con su primer libro, Fantasmas (20th Century
Ghosts, 2005), una compilación de cuentos que, aunque de una primer edición
limitada, dejó en claro que estábamos ante un escritor con energía y recursos
propios, Hill asomó su cabeza en el mundo literario, ganando premios
prestigiosos como el Bram Stoker Award y recogiendo elogios en distintos
medios. Luego llegaron sus novelas: El
traje del muerto (Heart-Shaped Box,
2007), que demostró que también podía desenvolverse con historias más extensas,
Cuernos (Horns, 2010), que lo ratificó como escritor de calidad con una
historia que mezcla lo fantástico, lo maravilloso y lo psicológico, y la actual
NOS4A2 (2013), de la que hablaré a
continuación.
- NOS4A2: la tercera novela de Joe Hill
Victoria
McQueen es una nena que tiene un poder especial: con su imaginación puede
materializar un puente que la conduce hacia lo que fuera que ella quiera
encontrar. Cuando algo se pierde, la pulsera de su madre por ejemplo, ella no
tiene más que subirse a su bicicleta y cruzar ese puente imaginario (y real)
para desembocar en el lugar exacto en que se encuentra aquello que se ha
perdido, sin importar si la separan de ese lugar apenas unos metros o, por el
contrario, cientos de kilómetros. Pero las cosas no siempre van bien, como lo
descubre Victoria un día en que, tras discutir con su madre, se propone
encontrar problemas. Y los encuentra,
por supuesto. Ese día conoce a Charles Manx.
Charles
Talent Manx es un anciano que tiene el mismo poder que Victoria, sólo que en
vez de crear un puente con su imaginación, desarrolló una ciudad entera,
Christmasland, donde todos los días son Navidad y todas las noches, Nochebuena.
Para acceder a Christmasland, Manx necesita de su auto (de la misma manera que
Vic de su bicicleta), un Rolls-Royce modelo Espectro de 1938 con la matrícula
NOS4A2, un juego de palabras que en inglés se pronuncia Nosferatu y que remite a la mítica película de Friedrich Wilhelm Murnau
(primera adaptación fílmica de Drácula,
estrenada en 1922). El juego de palabras no es una simple coincidencia. A su
modo, Charles Manx es un vampiro, que secuestra a niños y los lleva a aquella
ciudad detenida en el tiempo, donde se convertirán en seres fríos (ni vivos ni
muertos) y pasarán la eternidad siendo niños, jugando a (crueles) juegos de
niños y viviendo constantemente en Navidad. Y esto, para Manx, supone la
juventud y la felicidad eternas: cada viaje a Christmasland, cada chico que
lleva a allí, lo rejuvenece, lo mantiene vivo.
Victoria,
entonces, cruza el puente y llega a la casa de Manx. De ese encuentro entre ambos
nadie sale airoso: Manx termina preso y Victoria, loca. Pero esto no es más que
el principio. Victoria crece y ella misma se convierte en madre, repitiendo
mucho de los errores de sus padres y agregando a la lista otros de su propia
cosecha. Por su parte, Manx entra en un coma del que sólo saldrá una década más
tarde, cuando muera. Claro, eso no es algo que pueda afectar a un tipo como
Manx, por lo que pronto volverá a la ruta para buscar venganza. Con la ayuda de
Bing Partridge, su asistente (algo así como un Renfield idiota), Manx intentará
llevar a un niño más a Christmasland, pero no a cualquier niño: a Wayne, el
hijo de Victoria. Pero insisto, esto no es más que el comienzo. Ahora con una
moto Triumph (los tiempos de la bicicleta quedaron atrás), Victoria irá en
busca de Charles Talent Manx, aunque eso signifique viajar hasta el corazón
mismo de Christmasland.
- NOS4A2: la mejor novela de Joe Hill
NOS4A2 es, sin lugar a dudas, la mejor novela de Joe Hill, al menos
hasta el momento. Con un estilo sólido y un argumento entretenido, Hill nos
mantiene pegados al libro por más de 700 páginas. Una vez que se metan en el
mundo de NOS4A2 no sólo no van a
poder salir, sino que, de poder, no querrán hacerlo.
Muchos
dirán, algunos como crítica y otros como elogio, que el estilo de Hill es muy
similar al de su padre. Los que digan esto no estarán equivocados, ya que,
efectivamente, más de una vez reconoceremos recursos y expresiones de King. Sin
embargo, para mí esto no representa ni un elogio ni una crítica, sino un hecho
concreto y comprobable, que no sólo incluye a la escritura de Hill, sino a la
de muchos otros escritores a lo largo y ancho del planeta. Stephen King es uno
de los escritores más influyentes de nuestra época y, probablemente, el
escritor que más escritores parió (aun sin ser consciente de ello). Yo mismo debo
la decisión de convertirme en escritor al encuentro que, a los 15 años, tuve
con el maestro del horror. Si King pudo inspirar e influenciar a tantos escritores
en todo el mundo, por qué objetar la influencia que ejerció sobre su propio
hijo.
- El mal, esa cuestión
complicada
Es
interesante la forma en que Joe Hill nos pone en lugares incómodos. En el caso
de NOS4A2, podemos ver una idea
compleja del mal. Estamos acostumbrados (gran parte del cine y de la literatura
es responsable de esto) a los lugares seguros y fácilmente reconocibles. Los
buenos son los buenos y los malos, los malos. Pero en NOS4A2 la cosa no es tan
sencilla. Charles Manx es malo, pero un malo que no es del todo consciente de
su maldad:
Con aquel gesto
Vic lo comprendió todo. Todo lo que Manx les había hecho a aquellos niños hasta
convertirlos en lo que eran obedecía a un impulso por mantenerlos a salvo, por
evitar que el mundo les atropellara. Estaba convencido de hacer lo correcto.
Aunque lo mismo les ocurría a todos los monstruos, supuso Vic.
Incluso, el
mismo Manx afirma: “Puedo ser feliz y encontrarme bien únicamente logrando que otros
sean felices y se encuentren bien” (p. 516). ¿Estas son palabras de un ser
malvado? Sí, en NOS4A2 sí, y esto la
vuelve todavía más interesante.
Como ya
habíamos visto en Cuernos, los malos
no son siempre los que parecen malos ni los buenos los que parecen buenos. No
obstante, en NOS4A2, Joe Hill
complica todavía más la cuestión: a veces, los malos y los buenos nos son muy
distintos. A veces, los malos y los buenos no son enteramente malos y buenos. Vic
no sólo no es una buena hija ni una buena pareja, sino que ni siquiera es una
buena madre: mantiene a su hijo en un abandono emocional constante y sólo
parece preocuparse (realmente) por él
cuando Charles Manx entra en escena. Claro, eso no le impedirá arriesgar su
vida para protegerlo. Asimismo, Vic es capaz de hacerles cosas a los chicos de
Manx que ni el mismo Manx le haría a ningún chico. Pero Vic es la buena, y
Manx, el malo.
- Conclusión
Joe Hill
logró, en NOS4A2, una novela
entretenida, compleja y de gran calidad. Sus personajes están destinados a
quedarse en nuestros pensamientos por una temporada, incluso después de haber
terminado el libro. Y ni hablar de Charles Talent Manx, un villano que, sin
lugar a dudas, va a quedar en la historia literaria de los villanos.
Por último,
y para los fanáticos de Stephen King, Hill no ahorra intertextualidades. Así,
nos asombraremos al escuchar el nombre de Pennywise o la referencia al Nudo
Verdadero, entre otras alusiones a la obra de su padre. Como dije en un
principio, la relación filial entre Hill y Stephen King no es estrictamente
relevante, pero la relación artística que ambos entablan sí lo es. No sólo Hill
trabaja con personajes y elementos de la obra de King, sino que éste, también, alude
a la obra de su hijo, generándose así un cruce intertextual sumamente
interesante. Por ejemplo, en
Doctor Sueño,
secuela de
El resplandor, King pone
en boca de Dick Hallorann el nombre de, ni más ni menos, Charlie Manx. Dice
Dick, que decía su abuelo, Andy Hallorann:
–A veces decía que
conocía a un hombre malvado que se llamaba Charlie Manx, y que si no le
obedecía, llamaría a ese individuo, que vendría con su coche de lujo y me
llevaría a un sitio para niños malos.
Un resumen perfecto del protagonista malvado de NOS4A2. De esta manera, podemos ver cómo
padre e hijo se aluden mutuamente en sus trabajos, lo que, por un lado, promete
nuevos e interesantes cruces en el futuro y, por el otro, posiciona a Joe Hill
en el lugar de heredero del reino literario de terror. ¿Quién si no el rey
puede designar a su sucesor?
En fin, como
ya quedó claro, no tengo ningún reparo en recomendar esta novela. Lo digo con
toda seguridad: léanla, no se van a arrepentir. Después me cuentan.
***
Sobre el autor: Joe Hill nació en 1972 como Joseph Hillstrom King. Es el segundo hijo de Stephen y Tabitha King. Hill decidió utilizar su nombre abreviado con el fin de no recibir ningún tipo de ventaja por ser el hijo de Stephen King y labrarse así su propio camino. Después de lograr un grado de éxito independiente, en 2007 reveló públicamente su identidad. Joe Hill es el último destinatario de las becas de la Comunidad Ray Bradbury. También ha recibido los premios William L. Crawford al mejor nuevo escritor de fantasía en 2006, A. E. Coppard Long Fiction Prize en 1999 por "Mejor que el hogar" (“Better Than Home”) y el 2006 World Fantasy Award por Mejor Novela por
Compromiso Voluntario (
Voluntary Committal). El primer libro de Hill, la edición limitada
Colección fantasmas del siglo 20 (
20th Century Ghosts), publicado en 2005, ganó el premio Bram Stoker Award para la Mejor Colección de Ficción (Best Fiction Collection), junto con el Premio Británico de Fantasía (British Fantasy Award) por la Mejor Colección (Best Collection) y por Mejor Historia Corta (Best Short Story) por "Lo Mejor del Nuevo Horror" (“Best New Horror”). Además, el 23 de septiembre de 2007, en la 31a. Conveción Fantasycon, la Sociedad Británica de Fantasía (British Fantasy Society) adjudicó a Hill el primer premio Sydney J. Bounds Best Newcomer Award.
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