Las lentes de las cámaras no
tienen consuelo. Se enteraron de que sus antepasadas captaban maravillas y
congelaban recuerdos, mientras que ellas, ahora, apenas son más que testigos
del mismo rostro sin gracia, en esa aberración fotográfica llamada "selfie".
Si tus fotos salen borrosas, no se rompió nada, simplemente es la lente, que
llora.
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