24 de septiembre de 2019

UNA SOMBRA ENTRE NOSOTROS, de Francisca Mauas







Pará. Hacé una pausa. Mirá a tu alrededor. ¿Qué ves? ¿Estás bien? ¿Te relacionás bien con los demás? ¿O hay una sombra entre vos y ellos? ¿O hay una sombra en vos? ¿No sos vos, acaso, una sombra que, al proyectarse en su afán de comunicación, en su afán de compañía, no hace más que oscurecerlo todo? Pensalo…


            Estas reflexiones (entre otras) se me presentaron mientras leía Una sombra entre nosotros de Francisca Mauas, libro que incluye tres relatos escritos en verso y que fue publicado en 2018 por Halley Ediciones (del 2019 es la segunda edición, que tengo ahora entre mis manos). En estos tres cuentos-poemas, Francisca trabaja sobre algunos de los estigmas propios de las relaciones interpersonales de los individuos de hoy en día: la incapacidad de comunicarse en un mundo hipercomunicado, la soledad que esta imposibilidad genera y que a su vez es causa de ella, y la tristeza que, cual veneno que corroe por dentro, nos infecta hasta el punto de volvernos sombras de nosotros mismos.

            En la primera historia, “Camino de tierra”, esta cuestión de “la sombra” se plantea de manera explícita. El narrador va al campo con sus dos amigos, María y Alex, para descubrir, en una extraña ceremonia precedida por una mujer japonesa, que hay una sombra entre ellos tres, una sombra que deben desterrar. La incapacidad del protagonista de comunicarse con los demás lo lleva a preguntarse si esa sombra no sería él mismo, que se interpone entre los otros dos. Y esto es lo que más me gustó (e impactó) del libro. En todos los relatos nos encontramos con un trinomio de relaciones, en los que el protagonista siempre es el tercero, la molestia, la sombra.

            En “La caja secreta de Virgina” el trinomio se da entre el narrador, su hija de siete años y su esposa víctima de una enfermedad neurodegenerativa. En este caso, la imposibilidad de comunicarse se da entre un hombre adulto con una esposa incapaz de anclarse en la realidad y una nena que, todavía, no logra entender mucho de lo que pasa a su alrededor. Aunque sin que se mencione de manera directa, la sombra está presente, lo mismo que el aislamiento y la tristeza de un personaje que lleva un mundo (su mundo) a cuestas.
           
            Por último, en “Medianoche”, última historia del libro, un actor debe enfrentar el hecho de que la mujer de la que está enamorado, y que comparte con él el protagónico de la obra de teatro que están por estrenar, no lo mira con los mismos ojos, sino que, según sus cálculos, tiene un amorío con el director de la obra. Una vez más, un tercero entre tres, una sombra que no hace más que vagar entre dos individuos que, de alguna forma u otra, la excluyen.

            Así, en Una sombra entre nosotros podemos contemplar cara a cara nuestros más terribles padecimientos: la soledad, el aislamiento, la tristeza. En estas páginas, la sombra que son los protagonistas se extiende a los lectores. Después de todo, no es casual que ahora estés solo o sola, leyendo esta reseña, o que hayas estado (o vayas a estar) solo o sola al momento de leer el libro de Francisca, buscando en la literatura esa posibilidad de comunicación que una realidad superficial nos niega. En definitiva, todos somos un poco los protagonistas de estos relatos, esas sombras para los demás que son, también, sombras para nosotros.




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Sobre la autora: Francisca Mauas nació en Buenos Aires en 1980. Experimentó la actuación, la dirección y la escritura de teatro, de guiones, de novela y de poesía. Una sombra entre nosotros es su primera investigación sobre el relato escrito en verso.











8 de septiembre de 2019

IT. CAPÍTULO DOS: Una victoria por KO







Salí del cine de ver It. Capítulo dos con una emoción imposible de traducir en palabras. Después de la desilusión que me pegué con Cementerio de animales [1], lo que me generó esta película tuvo sabor a justicia.

            No hay mucho que pueda decir acá que no haya dicho ya cuando reseñé el capítulo uno, por lo que los remito a aquella reseña del 2017[2], en la que profundizo más en la comparación de esta nueva versión de Andy Muschietti con la versión de 1990 y, también, con el libro de Stephen King. De cualquier manera, sí me gustaría agregar algunas cosas.

            Por un lado, ya en la reseña anterior había afirmado que los actores de la nueva versión (en aquel caso, los chicos) les ganaban a los de la versión anterior. Bueno, lo mismo ocurre con este segundo capítulo, donde los protagonistas ya adultos vuelven a Derry para enfrentarse, una vez más, al payaso Pennywise. En la miniserie de 1990, los personajes, respondiendo por supuesto a parámetros sociales y estéticos de la época, son presentados con un nivel de claridad que no permite ver más allá de las ropas pulcras y los peinados prolijos. Todos encierran un nivel de oscuridad más deseado que percibido o, a lo sumo, intuido. Ojo, no estoy hablando mal de la miniserie dirigida por Tommy Lee Wallace y protagonizada por el magnífico Tim Curry. No, para nada. De hecho, y esto también lo dije en la reseña mencionada, la miniserie de It (que en Argentina salió como película dividida en dos cassettes) marcó profundamente a toda una generación, y es el día de hoy que yo no puedo sentarme a verla sin sentir un poco de ese escalofrío que sentí a los diez u once años cuando, en un cumpleaños de una de mis compañeras del colegio, nos pusieron esa película. La versión de los ’90 es digna de elogio, pero la de ahora…

            Al ver el capítulo uno, no me permití hablar de una victoria contundente. Un tanto por nostalgia y otro tanto por respeto a una producción que hizo lo que pudo con los recursos que tenía, decidí proclamar un empate preliminar y una subsecuente victoria por puntos. Sin embargo, después de ver el capítulo dos, no puedo más que dar un veredicto diferente, más decidido.

            Como dije, los personajes de esta última versión son encarnados magistralmente por los actuales actores, permitiendo percibir esa oscuridad que no sólo es una característica propia de todo ser humano, sino que en ellos es, también, una herencia de Pennywise y una consecuencia de haber crecido en Derry. Por esto mismo, no es casual que una gran parte de esta entrega muestre el autodescubrimiento que cada uno de los protagonistas tiene que llevar a cabo para poder enfrentar nuevamente al monstruo. Antes de vencer a la encarnación del miedo, todos deben primero conocerse a sí mismos y desenterrar la fuente de sus terrores. En ese buscar, el espectador también busca; y en ese descubrir, el espectador descubre. Desde la culpa jamás superada de Bill hasta el secreto inconfesado de Richie, pasando por la ira mal contenida de Eddie, la necesidad de redención de Beverly y la obsesión no del todo ética de Mike, todo en los personajes es luz y sombra, develamiento y escamoteo, orden y caos.

            Ni hablar además de los recursos tecnológicos que permiten, hoy por hoy, llevar a la pantalla con lujo de detalles todo aquello que, antes, pasó por la imaginación del director. Ni hablar tampoco del talento admirable de Andy Muschietti, que hace de cada toma una obra de arte. Tampoco me voy extender en la historia misma de Pennywise, prácticamente ausente en la versión anterior y que en ésta (si bien no alcanza el nivel de claridad que se puede leer en el libro) aparece más detallada. Por último, mucho menos voy a mencionar esas joyitas destinadas a conformar al fanático de Stephen King. Hablar más sería correr el riesgo de spoilear, y la verdad es que no quiero eso.

            En fin, lo que puedo decir es que sigo disfrutando de la adaptación de los años ’90, sigo amando al Pennywise encarnado por Tim Curry (incluso, me resisto a considerarlo superado por Bill Skarsgård), pero tengo que decir que, una vez más, el triunfo se lo lleva esta nueva adaptación de Andy Muschietti. Y ya no hablo de una victoria por puntos. Ahora hablo (perdón Tommy Lee Wallace, perdón Tim Curry, perdón pequeño Lucas de los ’90) de un verdadero KO.

            Saludos.



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Título original: It. Chapter Two
Año: 2019
Duración: 169 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Andy Muschietti
Guion: Gary Dauberman, Jeffrey Jurgensen (Novela: Stephen King)
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Checco Varese
Reparto: Jessica Chastain, James McAvoy, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone, Bill Hader, Andy Bean, Bill Skarsgård, Xavier Dolan, Will Beinbrink, Teach Grant, Taylor Frey, Sophia Lillis, Jack Dylan Grazer, Finn Wolfhard, Jaeden Martell, Jake Weary, Jess Weixler, Peter Bogdanovich,
Productora: New Line Cinema / KatzSmith Productions / Lin Pictures / Vertigo Entertainment