8 de junio de 2021

NO OBSTANTE LO CUAL, de Carlos Marcos


 


 

Hace unos meses, reseñé Desatormentándonos, de José María Marcos[1], uno de los libros que la editorial Muerde Muertos publicó en 2020 para festejar su décimo aniversario. Ahora, quiero hablarles de No obstante lo cual de Carlos Marcos, otro de los títulos conmemorativos que junto con Olvidemos todo de una vez de Fernando Figueras (habrá reseña pronto) forman un tríptico que abarca tres géneros en los que estos escritores dan cátedra: el terror (José María Marcos), lo erótico (Carlos Marcos) y el humor delirante (Fernando Figueras). 

No obstante lo cual comienza con un prólogo del autor titulado «Algo flota en la laguna», en el que nos habla tanto de la génesis de los cuentos que conforman este libro como de la editorial Muerde Muertos, que fundó con su hermano José María en el año 2010. Es un texto muy bello, que hace hincapié en la importancia de los libros, las lecturas y los sueños; sueños que en su caso (como en el de tantos de nosotros) se convierten en literatura y ésta, en «un largo ejercicio de paciencia, de infinita confianza y deseo» (p. 13). También nos aclara el sentido del título, que tiene (como lo tienen también los títulos de los otros libros mencionados) una vinculación con el mundo del rock nacional. En efecto, «No obstante lo cual» es el nombre de una canción de Riff, mientras que «Algo flota en la laguna» lo es de un tema de Pescado Rabioso. 

Todos los cuentos de No obstante lo cual trabajan con lo erótico, aunque lo hacen desde diferentes ángulos, explorando distintas «cavidades». Por mi parte, me gustaría destacar el segundo relato, «Castración», una genial reformulación fantástica de la concepción del tiempo cíclico, con un Borges muy particular y una circularidad cargada de fluidos y perversiones. Asimismo, no puedo obviar la historia que le sigue, «La humanidad se extinguirá con nosotros», una parodia hilarante de Terminator, con un pene enorme que llega desde el futuro para salvar a la humanidad de un apocalipsis fálico[2]. 

«Triángulo de Pascal», el quinto y más extenso de los cuentos, me exige un párrafo aparte. Acá, un escritor y bibliotecario de una escuela de psicoanálisis narra sus derroteros sexuales en distintos eventos culturales, que incluyen masturbar a una mujer en un balcón, rechazar cordialmente las indirectas de una nonagenaria y entablar una relación con una mujer (hasta el momento) lesbiana. Pero lo que más me interesó no son las experiencias sexuales del narrador, sino cómo desnuda la mediocridad de los círculos académicos, siempre movidos por sus cristalizadas convenciones y sus (in)confesables impulsos, e ilustra, en clave ficcional, lo que ya Carlos Marcos expuso en el prólogo: las obsesiones de un escritor que construye sus relatos para lectores circunstanciales y, como tales, pasajeros; lo que hace de sus relatos, al menos para él, producciones también circunstanciales y pasajeras. Finalmente, entre tantas palabras huidizas, entre tanta desazón y tanto egocentrismo, la penetración de (y en) los cuerpos se muestra como la liberación del tiempo en una eternidad exenta de monstruos creados por los sueños de una razón que se niega a dormir. 

Los seis cuentos que componen No obstante lo cual fueron, antes de su compilación, leídos en público en distintos ciclos literarios. Y no sólo eso, sino que, en palabras del autor, fueron incluso escritos teniendo en cuenta la oralidad, lo que les da una frescura particular, que combina el ritmo de la lectura en vivo con la calidad de una prosa exquisita, haciendo de Carlos Marcos algo así como un trovador moderno o, lo que sería más exacto teniendo en cuenta los argumentos de sus relatos, un trovador genital. 

Ahora, tenemos la oportunidad de disfrutar de estas historias en la comodidad de nuestro hogar. No la dejemos pasar. 

 

- Marcos, Carlos. No obstante lo cual. Buenos Aires, Muerde Muertos, 2020.

 

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Sobre el autor: Carlos Marcos nació en Uribelarrea en 1972. Publicó las novelas Recuerdos parásitos (2007) y Muerde Muertos (2012), escritas con su hermano José María. También es autor de la mixtorieta Inmaculadas (2010) y del libro de relatos Tu madre chupa pijas en el infierno (2015). Convocando a grandes artistas visuales, impulsó la edición de iluSORIAS (2013), homenaje a Alberto Laiseca, y Strip-tease: traducción visual (2017), celebrando la obra de Enrique Medina. Ilustró la reedición de Manual sadomasoporno (ex tractat) (2017) de Alberto Laiseca. Es bibliotecario en la Escuela Freudiana de Buenos Aires y encargado del Centro de Documentación Ricardo Rodríguez Ponte. Junto a Teresita Pullol y Horacio Gómez conduce Letraducciones. Con su hermano dirige el sello Muerde Muertos.

 

 



[2] En 2016 tuve la suerte de presenciar el efecto de este cuento narrado en vivo. Carlos Marcos lo leyó en el ciclo Crudo y Cocido, organizado por Giselle Aronson y Fernando Veríssimo en Haedo. Las carcajadas de los oyentes (entre las que se oían mis propias carcajadas) dificultaban, por momentos, seguir la historia.

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