11 de junio de 2022

LA ARGENTINA Y EL LENGUAJE EXCLUSIVO

(Idea para una historia contrafáctica)

 

          ¿Se imaginan una Argentina paralela (ahora que está de moda eso de los multiversos) en la que los hombres, exuberantes de machismo, excluyan a las mujeres y a las personas no binarias del masculino genérico, argumentando que sólo los varones merecen la letra “o” y que los demás deben encontrarse su propia letra? ¿Se imaginan, en este contexto, a las mujeres y a las personas no binarias luchando para que esos “retrógrados” no las expulsen de la “o”, sino que, por el contrario, las incluyan en ella? En este universo, se recurriría a la RAE para argumentar en favor de la inclusión de todos en el masculino genérico, y los hombres harían valer su exclusividad negando la autoridad de dicha academia y otorgándoles a los otros una “x” que, como nos enseñan las matemáticas, representa una incógnita todavía no definida. Los luchadores por la inclusión llamarían a esta postura “lenguaje exclusivo” (ya que cada identidad de género sería estigmatizada con una única letra, que marca la diferencia y no facilita la igualdad), aunque no faltarán los que prefieran la denominación “lenguaje excluyente” (señalando la segregación en función de la identidad de cada uno). Algunas consignas podrían ser: “Que el patriarcado no se quede con la ‘o’”, “La discriminación lingüística incentiva la discriminación social”, “El macho no dicta la gramática”, “No excluyan por las diferencias, incluyan por el amor”, “La ‘o’ no tiene dueño”, “Nuestras diferencias no avalan la exclusión”, “La lengua no se cambia”, “No a la discriminación, todos somos la ‘o’”.

          ¿Se imaginan? 




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