20 de enero de 2010

EL RETORNO DE LOS BRUJOS, de Louis Pauwels y Jacques Bergier

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          El retorno de los brujos (Le Matin des Magiciens) fue publicado, por primera vez, en París en 1960. Su autor, Louis Pauwels (1920 - 1997), había trabajado y reflexionado junto a Jacques Bergier (1912 - 1978) durante cinco años para que su ensayo viera la luz. El libro tuvo una rápida difusión en todo el mundo, siendo valorado y rechazado de forma simultánea y con el mismo ímpetu. De hecho, la edición española con la que cuento es de 1966. Hoy, a cincuenta años de su publicación, el libro ya no se edita y apenas se puede conseguir en la web o, con un poco de suerte, en alguna librería de usados. Sin embargo, nadie puede quitarle a El retorno de los brujos el hecho de haber sido el primer ensayo dirigido al gran público que, con una seriedad que no suele acompañar a los temas tratados, ponía sobre la mesa algunas de las cuestiones que los científicos continúan rechazando sin observación, los fanáticos aceptando sin reflexión y la mayoría ignorando con impunidad: la realidad fantástica.


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- Fecha de vencimiento

         Soy un completo ignorante en lo que respecta a la física y a la química. Por esto mismo, ignoro si muchas de las observaciones que hace Pauwels sobre estas y otras ciencias siguen estando vigentes o, por el contrario, ya fueron rechazadas de forma definitiva. Como ejemplo se puede mencionar la hipótesis sobre las mutaciones. Según el autor, en 1960 la radiactividad era treinta y cinco veces superior en comparación con principios del siglo XX. Esto trae como consecuencia una serie de mutaciones desfavorables: malformaciones, cáncer, etc. Ahora bien, ante esta evidencia, Pauwels se pregunta: «¿Hasta qué punto se podrían producir mutaciones celulares favorables, generalizadas en todo el organismo?»[1]. Básicamente, lo que Pauwels plantea es que si la radiación produce monstruos y enfermos, ¿por qué no puede producir (por azar o destino) una nueva raza de humanos superiores? Pone la piel de gallina de solo pensarlo. Pero hay que aclarar que Pauwels no era un maniático delirante que esperaba el surgimiento de una nueva raza de superhombres producto de la manipulación científica. No. Pauwels era, simplemente, un optimista a ultranza, que veía en aquello que está destruyendo a la humanidad la posibilidad de superarla.

         Esta hipótesis es, tal vez (y sinceramente eso espero), anacrónica. A lo mejor la ciencia ya demostró la imposibilidad de que se den mutaciones favorables a base de radiaciones. La verdad es que no lo sé, pero algo me dice que muchas de las hipótesis «científicas» del libro perdieron ya el sentido. Probablemente por eso ya no se edita ni se cita en ninguna parte. Pero, insisto, no por esto el ensayo deja de ser interesante. Varios de los temas que trata son útiles a la hora de abrirle la mente al lector y mostrarle «otra» realidad, que es real también. Así, por ejemplo, hay una parte que se centra en el nazismo, en la que se analizan aquellas cuestiones que la historia «oficial» ha dejado de lado: el trasfondo místico, la teoría del mundo helado y de la tierra cóncava, la sociedad de Vril, Hitler como médium, etc. No voy a detenerme en esto (el análisis es demasiado interesante como para glosarlo), pero sí voy a destacar la hipótesis principal: la Alemania de Hitler no se trató de otro país con una organización política, económica, militar e ideológica particular, sino que se trató de una civilización completamente diferente a la nuestra, una civilización mágica y mística que se opuso al materialismo científico que caracterizaba (y sigue caracterizando) a Occidente. Como ésta, hay otras hipótesis interesantes, entre las que se destacan la de las sociedades secretas y la de las civilizaciones técnicas desaparecidas. Detenerme en esto sería dilatarme más de lo aconsejable; basta con decir que, vigentes o no, actuales o no, las hipótesis de El retorno de los brujos permiten pensar de otra manera, mirar las cosas con otros ojos, considerar la posibilidad de que, a lo mejor, la realidad no es como la ciencia oficial dice que es, de que lo fantástico es tan real como el techo que, en este momento, cubre nuestras cabezas.
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- El realismo fantástico

         La hipótesis principal de El retorno de los brujos es, a su vez, la regla de oro que guió los trabajos y las reflexiones de Pauwels y Bergier: lo fantástico no forma parte de la fantasía, sino de la realidad. En palabras de Pauwels: «Generalmente se define lo fantástico como la violación de las leyes naturales, como la aparición de lo imposible. En nuestra opinión, no es nada de esto. Lo fantástico es una manifestación de las leyes naturales, un efecto del contacto con la realidad cuando ésta se percibe directamente y no filtrado por el sueño intelectual, por los hábitos, por los prejuicios, por los conformismos» (pp. 19-20). La escuela del realismo fantástico plantea, entonces, que hay hechos que son olvidados por las ciencias oficiales (y aquí no sólo se incluyen las ciencias positivas, como la química y la medicina, sino también las humanas, como la antropología y la historia) por no poder darles una explicación satisfactoria. La magia de los chamanes, la clarividencia, la astronomía maya, la construcción de las pirámides de Egipto, la existencia de una o de dos Atlántidas, etc., todo esto sería excluido del campo del saber o se explicaría de forma insatisfactoria para que cuajase en los parámetros oficiales del conocimiento. Lo que hace el realismo fantástico es incluir los hechos y no excluirlos, relacionarlos y no segmentarlos, tratar de comprenderlos y no de explicarlos. Así, lo que se busca es la continuidad, la visión del universo en su unidad armónica: «El progreso no consiste en forzar los paréntesis, sino en multiplicar los guiones de unión» (p. 189).

         Esta es la propuesta de la escuela del realismo fantástico, una escuela que, a juzgar por lo que nos legó, no ha tenido mucha suerte. Sin embargo, el planteo no carece de interés. Generalmente, observamos la realidad a través de los anteojos que nos proporcionan la ciencia, la historia, el periodismo, etc., y tendemos a descartar por fabuloso todo aquello que no encaja en los parámetros establecidos. ¿Y si la realidad es algo más? ¿Si a nuestro alrededor lo que puede explicarse convive con lo que no? Después de todo, lo sobrenatural no es más que un tipo de percepción: para la cultura de la Edad Media, hacer un pacto con el Diablo era tan natural como hacerlo con una persona.


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- Conclusión:

          Recomiendo la lectura de El retorno de los brujos (supongo que las bibliotecas deben tener ejemplares, y si no siempre se puede recurrir a la web), aunque hay que ingresar al realismo fantástico con la certeza de que no hay certezas. Es un libro de hipótesis, no de afirmaciones. Por esto mismo, toda idea está tamizada con diversos y constantes «tal vez». Es un ensayo que permite preguntar sobre otras realidades, no responder respecto de ellas. Hay hipótesis más interesantes que otras, algunas más aceptables que otras, pero el valor del libro radica en eso, en proponer hipótesis, en abrir nuevos caminos, que de alguna manera son antiguos y están cerrados. Y es que los brujos retornaron por un momento en la década del ’60, para volverse a ir tiempo después. ¿Ahora quién sabe dónde están? En las librerías seguro que no…



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[1] Louis Pauwels y Jacques Bergier. El retorno de los brujos. Barcelona, Plaza & Janés, 1966, p. 527. A continuación las citas se harán según esta edición.



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Sobre los autores:



Louis Pauwels nació en Bélgica en 1920 y murió en 1997. Fue periodista y escritor. Su trabajo se centró principalmente en suplementos culturales de diferentes diarios y revistas, como Le Journal du Dimanche o Le Figaro-Magazine. Pauwels conoció a Jacques Bergier en 1954, cuando era el director literario de la Biblioteca Mondiale, con el que escribió, en 1960, El retorno de los brujos, y en 1970 la interrumpida continuación de L'Homme Eternel. Colaborando nuevamente con Bergier (así como con François Richaudeau), fundó la revista bimensual Planète en octubre de 1961, (alrededor de 150 páginas) que apareció hasta el mes de mayo de 1968. En el decenio de 1970, se convirtió en amigo de algunos miembros del ultraderechista GRECE (Grupo de Investigación y Estudios para la Civilización Europea).

Jacques Bergier nació en 1912 en Odesa, Imperio ruso, y murió en 1978 en París. Ingeniero químico, alquimista, espía, periodista y escritor francés, fue autor de obras como Guerra Secreta bajo los Océanos, Extraterrestres en la Historia y El planeta de las posibilidades imposibles, entre muchas otras.


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1 comentario:

  1. Buen post. respecto a J. Bergier un tipo notable. Con se hicieron pruebas de lectura veloz...era un lector rapidisimo.. ademas de trabajar con uno de los pioneros de la fisica nuclear; André Helbronner, ser parte de la resistencia francesa (colaborando en la sección cientificaque detecto las armas X; V1, V2...el 'grupo marco-polo' )
    y entregar y siempre en sus libros postulados cientificos documentados y solidamente fundados ...y obviamente "posibilidades" (a diferencia de otros escritores de estos temas que aseveran sin asidero muchas veces)
    ...también se encuentra asociado a la alquimia (la verdadera alquimia que podria asociarse a la fisica nuclear en gran parte).

    Respecto a "El Retorno de los Brujos"

    libro legendario ..hoy, pero fundamentalmente es el tema de los derechos editoriales.

    dejo algunos titulos de ambos autores (que existen en español)

    .- El Retorno de los brujos.
    .- La Revelion de los brujos.
    .- El Hombre Eterno
    .- El planeta de las posibilidades Imposibles

    * Porsupuesto la publicación 'bimestral' de la Revista 'PLANETA'...dodnde ademas participaron otros personajes destacables.

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