2 de noviembre de 2018

PROGRESO



Construimos las ciudades más grandes y desarrolladas, pero soñamos con descansar en una casa en el campo o en la playa. Creamos los mejores sistemas de audio para componer todo tipo de música, y nos relajamos poniendo en YouTube sonidos de la naturaleza. Tenemos todos los efectos especiales a nuestra disposición en todos los formatos posibles (televisores, celulares, cines) y nos quedamos "tildados" ante la simpleza de un árbol, de una nube o de un relámpago. Desarrollamos los mejores perfumes para que huelan tan bien como la más silvestre de las flores (y, tenemos que admitirlo, no hay olor como el de la lluvia). Tocamos miles de veces decenas de pantallas al día, aunque nada se siente mejor que el cuerpo de otra persona en la pasión de la mutua entrega. En fin, el ser humano, ese ser que progresa nostálgicamente mirando de reojo hacia atrás.



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