.
«… el miedo es el mecanismo de disciplinamiento que el sistema económico y político necesita para su conservación y expansión».
Pacho O’Donnell, La sociedad de los miedos.
.
A mí, particularmente, me interesa el tema del miedo. De hecho, ya en este blog he reflexionado al respecto (
«La esencia del miedo»). Supongo que es un interés que comparto con todos aquellos que trabajan o disfrutan con el género fantástico. Por esto mismo, me parece pertinente incluir
La sociedad de los miedos de Pacho O’Donnell (que no se centra ni en la literatura ni en lo fantástico) en la lista de comentarios de libros de este espacio.
Más que una disertación teórica sobre el concepto de «miedo», el libro es una reflexión práctica sobre la realidad concreta de los miedos (así, en plural). Es que si bien, como afirma O’Donnell, el miedo a la muerte es la base de todos los miedos, en la sociedad consumista en que vivimos este miedo puede (y de hecho lo hace) asumir diferentes caras, todas ellas fomentadas y sostenidas por la misma sociedad que, en apariencia, intenta combatirlas. Así, a lo largo del libro, se puede leer sobre el miedo a ser distinto (capítulo 1), el miedo a la muerte (capítulo 2), a perder lo que se tiene (capítulo 3), al futuro (capítulo 4), a no ser amado (capítulo 5), al fracaso (capítulo 6), al sufrimiento (capítulo 7), a la locura (capítulo 8), a la inseguridad urbana (capítulo 9), a la vejez (capítulo 10) y a la soledad (capítulo 11). Además, O’Donnell se vale de las reflexiones de grandes pensadores, artistas y filósofos (Foucault, Kant, Heidegger, Nietzsche, entre otros) para cimentar sus reflexiones, y concluye cada capítulo con la trascripción de un diálogo con alguna figura del mundo cultural contemporáneo, tanto nacional como internacional (Alejandro Dolina, Fernando Savater, Alfredo Bryce Echenique, Eduardo Galeano, entre otros).
No hay que esperar encontrar en el libro grandes hipótesis ni elaboradas conclusiones, sino una mirada perspicaz de la realidad que nos rodea. Así, su lectura puede llegar a ser, por momentos, reveladora. ¿Hasta qué punto estamos enajenados en esta sociedad que utiliza el miedo como arma política y recurso comercial? ¿Hasta qué punto somos cómplices? ¿Nos convertimos en uno más, proclives a los gustos, los deseos y los anhelos impuestos? ¿O somos nosotros mismos, conscientes de nuestros propios y verdaderos deseos?
El miedo es, entonces, una eficiente arma política y una rentable herramienta comercial. O’Donnell muestra cómo, detrás de todo miedo, hay un mercado que lo incentiva y se aprovecha de él. De esta manera, el miedo a la vejez despliega toda un gama de productos estéticos y cirugías rejuvenecedoras, el miedo a la inseguridad un mercado de alarmas, seguros y seguridad privada, el miedo al futuro una sarta de teorías adivinatorias (que van desde el horóscopo hasta el servicio metereológico), para nombrar sólo algunos ejemplos. Si bien por momentos la exposición puede llegar a ser discutible o confusa[*], el libro es interesante y de fácil lectura.
Por último, en
La sociedad de los miedos no vamos a encontrar grandes respuestas. No es un libro de autoayuda. O’Donnell nos da algunas pautas sobre lo que tendríamos que hacer, pero no profundiza mucho al respecto. Básicamente, para mitigar el miedo debemos aceptar el sufrimiento como parte esencial de la vida y volvernos auténticos, fieles a nuestros propios deseos y no a aquellos que nos quieren imponer desde el exterior (los medios de comunicación, la política, etc.). En sus propias palabras: «No se trata entonces de tomar un arma y rebelarse contra la sociedad (aunque muchos lo han hecho) sino de rescatar espacios de autoafirmación, de contacto con el propio deseo, de contradicción con lo que se supone que debemos pensar, hacer o decir» (p. 188), «Porque el éxito, el verdadero, pertenece al orden de lo espiritual, de la lealtad con los propios sonidos, sin dejarse ensordecer por el sutil pero imponente barullo de la alienación y el adoctrinamiento que nos propone la sociedad del miedo» (p. 144).
.
[*] No queda claro, por ejemplo, si el miedo a la inseguridad es incentivado desde los medios de comunicación o, por el contrario, se trata de una cruel y peligrosa realidad. Se podría pensar que es un poco de cada cosa, pero si es una realidad, entonces los medios de comunicación no incentivan, informan. También se podría decir que hay una exageración o una saturación, pero en ese caso todo es cuestión del límite que uno le impondría a cada noticia. En fin, un tema que, por sí solo, daría para mucho.
.
***
Sobre el autor: Mario Pacho O’Donnell nació en Buenos Aires en 1941. Médico, se especializó en psiquiatría y psicoanálisis, y escribió varios libros y numerosos artículos sobre el tema. Su producción historiográfica suele ser considerada neo-revisionista. Incursionó en el género histórico (El grito sagrado, El águila guerrera, Los héroes malditos, Caudillos federales, entre otros), en el biográfico (Juana Azurduy, la teniente coronela, Juan Manuel de Rosas, el maldito de la historia oficial, Che, la vida por un mundo mejor, etc.) y en el ficcional (El tigrecito de Mompracen, Las hormigas de Chaplin, Las patrias lejanas, etc.). En 2008 se editó Teatro, que reúne su producción como dramaturgo. Es director del Departamento de Historia Argentina de la UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales). Fue secretario de Cultura de Buenos Aires y de la Nación, y también senador Nacional y embajador de Panamá y en Bolivia.
.
- O’Donnell, Pacho. La sociedad de los miedos. Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
.