Por lo que sabemos en
un comienzo, Vero es una mujer separada, con un hijo al que hace rato no ve y
que está obsesionada con Pablo, un hombre que trabaja en la radio y que mantiene
un diálogo cercano con sus contactos de Facebook. Por su parte, Pablo también
está, hasta donde podemos ver, obsesionado con una mujer de su pasado, Vane,
que lo abandonó sin dar explicaciones. Ambos, Pablo y Vero, parecen deambular en
diferentes direcciones, sin sospechar (al menos del todo) que lo que uno tiene
para decir es lo que el otro busca escuchar. El verdadero problema, en todo
caso, es que a veces, por más que uno tenga la palabra justa, simplemente no
puede responder.
Tal
vez la descripción anterior parezca confusa, críptica, pero se trata de la
forma más segura de hablar de Usted no puede responder sin cometer ningún
tipo de traición. Cualquier mínimo spoiler sería imperdonable. Por lo
demás, estamos hablando de una novela que se lee con esa misma obsesión que
acompaña a los personajes. Hasta me animaría a decir (y a apostar, incluso) que
es una historia que no se puede sino leer en un solo día.
Y
terminada la novela, uno se da cuenta de que no había entendido nada.
Terminada
la novela, uno empieza a entender.
Terminada
la novela, uno no sabe si empezar a leerla de nuevo o, simplemente, ponerse de
pie y aplaudir.
- Soria, Caro. Usted no puede responder. Buenos
Aires, Azul Francia, 2019.
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