A mí, en lo personal, no me gustó. Tal vez porque el libro se centra principalmente en la producción de novelas y sagas de fantasía épica o de ciencia ficción (y yo esperaba un abordaje más general de la escritura), o tal vez porque la forma de escribir de Sanderson no sólo no me identifica, sino que incluso me molesta. Para el autor de este libro, hay dos formas de escribir, que él llama "escritores de descubrimiento" y "escritores con esquema". Si bien es difícil encontrar autores en los extremos, la mayoría tiende a identificarse con uno de ellos. Yo me identifico con los primeros, Sanderson con los segundos, y esto hace que muchos de sus consejos no me aprovechen o que la concepción misma que tiene de la escritura me irrite.
Podríamos decir que Sanderson ve la creación literaria en términos mecanicistas, basados en esquemas y configuraciones que buscan que el producto final "funcione" (palabra que utiliza una y otra vez). Sus conceptos de "arco de personaje", "ambientación" o las mismas "reglas de Sanderson" tienen como finalidad lograr una obra que agrade a los lectores y, por ende, se venda bien. Más allá de la idea de diversión, que no está ausente de la exposición, se ven los libros como un producto netamente comercial. No hay nada de malo en eso, no está mal que el escritor busque vender sus libros (yo mismo lo hago con bastante empeño), pero me hace ruido cuando, para lograrlo, se esté dispuesto a intervenir la historia fríamente hasta el punto de sacar personajes que se desvían de lo estipulado, cambiar tramas que reciben comentarios negativos o modificar escenarios que no llegan a gustar. De aquí la idea de que "funcionar" sea un sinónimo de gustar, algo que si no ocurre se debe "solucionar" para que la novela se venda. Bajo este punto de vista, muchas de las más grandes obras de la historia de la literatura (que no fueron bien recibidas en su momento por la incomodidad que generaron) jamas hubiesen existido. Como ejemplo de esta mirada, podría agregar la siguiente cita de la página 250 de la edición de Penguin (2022): "Para la mayoría de los escritores, pulir de este modo su narrativa es un reto que no termina nunca. Muy pocos llegan a la excelencia, y desde luego no en los primeros borradores, pero el camino es este. Si conseguís recorrerlo, si aprendéis a aplicar bien estas estrategias, venderéis libros de prisa".
Insisto, querer vender libros no está mal, pero confundir la venta con la excelencia me parece un error tan triste como peligroso.
En definitiva, si no desean escribir fantasía épica o si creen que la literatura es algo más (o mucho más) que la venta de libros, entonces este libro no es para ustedes.
Definitivamente no fue un libro para mí.