La llegada
de un hijo suele ser concebida como un hecho feliz, que aporta alegría y
esperanzas. En pocas palabras, es vista como algo que suma, que trae. Tal vez por eso el dicho popular: “Cada hijo viene con un pan bajo el brazo”. Sin embargo, en algunas
oportunidades los hijos no traen algo, sino que quitan. Es lo que le ocurrió a
Amelia (Essie Davis) cuando, seis años antes, perdió a su esposo en el momento
en que se dirigía al hospital a dar a luz. Un trágico accidente de autos quiso
que el mismo día en que naciera su primogénito fuera, también, el día en que se
convirtiera en viuda. Después de eso, Amelia tuvo que hacerse cargo sola de un
chico que, a medida que iba creciendo, no hacía más que darle dolores de
cabeza.
En la actualidad, seis años después,
Amelia apenas puede dormir porque su pequeño Samuel (Noah Wiseman), que vive
marcado por la pérdida de su padre, sueña a menudo con un monstruo que los quiere
matar. Problemas en la familia, problemas en el colegio, Samuel no escatima a
la hora de hacerle pasar a Amelia momentos ingratos, que llegan a afectar su
desempeño laboral en un asilo de ancianos. Las cosas parecen mejorar un poco
cuando un doctor le receta a Samuel unos calmantes y este, por primera vez en semanas,
empieza a dormir noches enteras; pero el mal no se rinde tan fácilmente, y le
gusta tenernos de rodillas para soplarnos en la nuca, por lo que los problemas
no terminan ahí, sino que se extienden a la propia Amelia: ahora es ella la que
cree percibir al monstruo que antes amenazaba a su hijo. La aparición
inesperada y misteriosa de un libro en apariencia infantil llamado Mister Babadook no hace más que empeorarlo todo. Según el
libro, Babadook es un monstruo que comienza siendo gracioso, al menos hasta que
se introduce dentro del individuo, crece “debajo de su piel” y muestra su
verdadera naturaleza. Después de eso, el horror se incrementará con cada noche,
con cada suspiro.
Con un estilo gótico acorde al siglo XXI, The Babadook permite experimentar la angustia y la desesperación
tanto en el plano de lo real como en el de lo sobrenatural. Por momentos nos
será difícil discernir qué es peor, si una vida gris sin ninguna expectativa o
una acechanza sobrenatural de un monstruo hecho a nuestra medida. El monstruo,
al menos, se puede enfrentar, que es lo que intenta hacer Amelia. Pero como
dijo alguna vez Cortázar en aquella obra llamada Los reyes, “sólo hay un medio para matar a los monstruos:
aceptarlos”. Y aceptarlos implica acogerlos, darles un lugar e, incluso,
alimentarlos…
The
Babadook es una gran película, de esas que presentan un personaje nuevo y
lo instalan para la posteridad. Las generaciones venideras tal vez hablen de Babadook
como las que las precedieron hablaron de Freddy Krueger o de Candyman. Sólo
esperemos que una serie de secuelas desafortunadas o una mala remake norteamericana no terminen por
arruinarla. Por lo pronto, véanla. Vale
la pena.
Ficha técnica:
Título original: The
Babadook
Año: 2014
Duración: 95 min.
País: Australia
Director: Jennifer Kent
Guión: Jennifer Kent
Música: Jed Kurzel
Fotografía: Radek Ladzcuk
Reparto: Essie
Davis, Noah Wiseman, Daniel Henshall, Hayley McElhinney, Barbara West
Productora:
Entertainment One / Causeway Films / Smoking Gun Productions
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