Recién
publicada, Cadáver exquisito de
Agustina Bazterrica es la ganadora del Premio Clarín Novela 2017, que en esta
entrega contó con un jurado integrado por Jorge Fernández Díaz, Pedro Mairal y
Juan José Millás. Si bien este dato no es menor, tampoco nos dice mucho sobre
la calidad de la novela. Entre las personas que se dedican a las Letras es
usual reflexionar sobre la credibilidad de algunos concursos y el mérito de las
novelas galardonadas. Las conclusiones pueden ser muy variadas, desde la risa
ante novelas que de ningún modo se merecerían un premio (al menos según la
opinión de quien delibera en ese momento) hasta una defensa acérrima que puede
llegar, y generalmente lo hace, a la descalificación de los interlocutores.
Debo decir que yo soy de aquellos que no creen mucho en la legitimidad de los certámenes.
Al fin y al cabo, ganar uno no es más que haber sido elegido por tres o cuatro
personas, y un escritor (cualquier escritor) no debería conformarse con tan
poco. De cualquier manera, no niego que muchas novelas son merecidamente
premiadas, y Cadáver exquisito representa,
sin lugar a dudas, un acto de justicia literaria.
Estamos en una sociedad
distópica, en un futuro próximo, tan próximo que lo sentimos a apenas unas
páginas de distancia. En esta sociedad, un nuevo virus mortal contraído por los
animales puso en jaque a la raza humana. Mientras que los animales eran
portadores, los seres humanos contagiados morían. Para eliminar toda posible
amenaza, se iniciaron los sacrificios masivos y, así, la vida animal, por lo
menos hasta donde se pudo controlar, despareció sobre la Tierra. Pero había un
inconveniente… ¿Qué iban a comer las personas? La legalización del canibalismo
fue la solución no sólo a ese problema, sino a muchos otros: la inseguridad, la
superpoblación, la pobreza… De forma tan rápida como eficaz, se naturalizó
la nueva cultura alimentaria y el mundo experimentó lo que se dio en llamar la
«Transición».
En este contexto se encuentra Marcos
Tejo, encargado general del frigorífico Krieg y mano derecha del jefe, que debe
hacerse cargo de un padre demente, esperar el regreso de una esposa depresiva y
soportar la propia angustia por un hijo muerto. Pero sigue adelante, con la
eficiencia de alguien que está acostumbrado a hacer bien su trabajo. Su
tristeza, su frustración al ver que su vida se desvaneció desde la muerte de su
hijo, su imposibilidad de adaptarse a una sociedad nueva que él mismo rechaza
pero que ayudó a forjar (redactando las leyes que hoy se niega a cumplir) lo
convierten en una especie de autómata, un zombi que se niega a comer carne
humana cuando el resto de los humanos se regodea en ella. Aunque todo cambia, por
supuesto. Para Marcos, el cambio llega en forma de un regalo: recibe en su
casa, de parte del criadero Tod Voldelig, una hembra PGP (siglas de Primera
Generación Pura). Un regalo que vale una fortuna, que puede tanto vender como criar
o comer. Un regalo que, legalidad aparte, puede dar mucho más de lo que se
espera. Un regalo que cambiará su vida para siempre.
Sin miedo a exagerar, puedo decir
que Cadáver exquisito es una novela
magnífica, escrita con una prosa simple y directa, que en vez de menoscabar una
historia que de simple no tiene nada, la convierte en una retahíla de golpes
contundentes. A partir de la descripción de esta sociedad distópica, Agustina
Bazterrica en realidad apunta a los dilemas que aquejan a nuestra propia
sociedad. La deshumanización de las personas, lo
animal, los morbos presentes en cada represión, el tabú necesario para que haya
un orden y que, aunque cambie de contenido, siempre es tabú, los miedos, la
familia, el amor, las palabras… Las palabras. Con una conciencia digna de
alguien que vive de ellas, Bazterrica nos muestra cómo todo, en última
distancia, tiene que ver con la lengua y la forma en que decimos las cosas. De
esta manera, la «Transición», más que un cambio de paradigma existencial, no
fue otra cosa que un cambio en la forma de nombrar. Por esto, el trabajo con el
lenguaje es esencial en la historia, y las palabras llenan los vacíos que las
mismas palabras, no pronunciadas, dejan.
No recomiendo Cadáver exquisito de Agustina Bazterrica
por haber ganado la nueva edición del Premio Clarín Novela. No. Recomiendo Cadáver exquisito porque es una gran
novela a la que el Premio Clarín vino, como dije en un comienzo, a hacerle
justicia.
No lo duden, léanla. Una vez que
empiecen no van a poder parar.
Sobre la autora:
Agustina María Bazterrica nació en Buenos Aires en 1974. Es licenciada en
Artes (UBA). Ganó el Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires
«Cuento Inédito 2004/2005» y el Primer Premio en el XXXVIII Concurso
Latinoamericano de cuento «Edmundo Valadés» (Puebla, México, 2009), entre
otros.
En 2013 publicó la novela Matar a la niña (Textos Intrusos), y en 2016, el libro de cuentos Antes del encuentro feroz (Alción
Editora). Es gestora y curadora cultural, junto con Pamela Terlizzi Prina, del
Ciclo de Arte «Siga al Conejo Blanco» (www.sigaalconejoblanco.com). También
coordina talleres de lectura con Agustina Caride.
Su página web es www.agustinabazterrica.net
- Bazterrica, Agustina, Cadáver exquisito, Buenos Aires, Alfaguara, 2017.
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