Estoy sorprendido. En realidad, atónito. Leí Carretera maldita (Roadwork) de Stephen King y no puedo entender cómo se la ha menospreciado
tanto. Entre sus detractores se encuentra el mismo King, que no sólo la publicó
en 1981 con el seudónimo de Richard Bachman, sino que, encima, afirmó que para
él se trataba de la peor novela de su alter
ego literario[1].
Por esto mismo tardé tanto en leerla, creí que me iba a defraudar. No podría
haber estado más equivocado.
Carretera maldita es una novela
psicológica, que cuenta la caída de Barton George Dawes en la locura, después
de haber perdido a su hijo por culpa de un cáncer cerebral y de que le
informaran que tanto la empresa en la que es gerente como su propia casa serían
demolidas para llevar a cabo la construcción de la extensión de la autopista
784.
Muchos de los que me
hablaron de esta novela aludieron que, en rigor, no pasaba nada hasta el final.
Y tienen razón. Como acabo de decir, Carretera
maldita es una novela psicológica en el sentido más estricto de la
definición. Por esto mismo, lo que vemos en ella no es una historia, sino un personaje.
O, mejor dicho, la historia es la psicología
del protagonista, su locura progresiva. La forma en que Dawes se enfrenta a la burocracia
y al progreso, el sufrimiento por la muerte de su hijo, la relación con su
mujer, la incomprensión que lo rodea, la búsqueda de un sentido al dolor, lo
absurdo de una existencia que (como toda existencia) va camino a la nada, la
autocompasión que conduce a la autodestrucción, la esquizofrenia como un modo
de mantener vivo el remanente de un hijo ausente… son sólo algunos de los
tantos temas que me pusieron contra las cuerdas emocionales como si yo fuera un
boxeador a punto de ser derribado por su contrincante…
Bueno, tal vez no a
punto...
Tal vez esta novela me derribó...
Tal vez perdí por KO.
-King,
Stephen. Carretera maldita. Buenos
Aires, Sudamericana, 2010.
(Primera
edición bajo el seudónimo de Richard Bachman, 1981.)
[1]
Stephen King dijo sobre la novela: «Fue un esfuerzo por encontrarle un sentido
a la dolorosa muerte de mi madre el año anterior. Un cáncer que la consumió
poco a poco. Su muerte y la aparente falta de sentido de todo me afectaron
profundamente. Sospecho que Roadwork es
probablemente el peor libro de Bachman, simplemente porque él (Dawes) trata de
ser bueno y de encontrar algunas respuestas al acertijo del dolor humano». Citado
en Burstein, Marcelo. Stephen King.
Creador de lo oscuro. Buenos Aires, Ediciones B, 2001, p. 239.
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