Tras un accidente automovilístico,
la vida de Gustavo Correa pega un giro tan imprevisto como indeseado: se queda,
de golpe y porrazo, ciego y viudo. De ser un policía de carrera (era Inspector
en el Departamento de investigaciones) pasa a convertirse, sin alcanzar todavía
la cuarta década de vida, en un hombre retirado, que vive sus días encerrado,
lamentando su discapacidad tanto como sufriendo su desamparo. Lo único que aprecia
de su vida anterior, de esa vida en la que había sido tan feliz sin siquiera
saberlo, es la presencia de su perro sharpei, Sacha, convertido ahora en
lazarillo. Nada más le queda, nada más tiene… Al menos hasta que el encargado
de su edificio aparece muerto en el sótano, con la cabeza partida.
El caso parece simple, al menos para las fuerzas de
seguridad. De hecho, la policía, al mando del comisario Pareiro (un viejo
conocido), ya tiene a su principal sospechoso: Cardona, el portero. Sólo que Gustavo
no se lo cree. No necesita ver con sus ojos para darse cuenta de que algo no
cierra. Aunque ciego, es más perspicaz que los demás, incluso (y
principalmente) que Pareiro. Decide, entonces, investigar qué pasó realmente en
su barrio vertical y quién (y por qué) terminó con la vida del encargado. Para lograr
su objetivo, recurrirá a los sentidos que le quedan, a la intuición conservada
de sus días de investigador y a la compañía de Sacha. Su perro no sólo será sus
ojos, sino también su amigo incondicional, con quien Gustavo compartirá hasta los
fantasmas de un pasado que, aunque rechazado, se resiste a desvanecerse.
Sabueso
es una novela policial de enigma, con su crimen, su investigador y su
pareja detectivesca. Lo interesante es que Sabueso
es una novela policial de enigma distinta,
que replantea la dupla protagonista y la resignifica, poniendo en escena a un
hombre ciego como detective y a un perro sharpei como su leal “Watson”. El
lector no verá a un indagador con dones superiores a los de cualquier otra
persona, que guía a su ayudante a la verdad de los hechos, sino a un personaje
que se diferencia del resto por su limitación y que, además, es guiado por su
ayudante. Las reglas del policial clásico, como se ve, son reformuladas, aunque
sin abandonar el género, lo que nos lleva a pensar en el famoso don Isidro
Parodi de Borges y Bioy Casares, sólo que acá el investigador no está impedido
por las rejas de una cárcel, sino por la prisión de su propia ceguera.
Estamos ante una historia
interesante y conmovedora, que habla de la amistad, el dolor y la resiliencia.
Mientras investiga el asesinato del encargado de su edificio, Gustavo Correa
busca también una razón para vivir, que lo saque de su oscura soledad, lo aleje
de los recuerdos cargados de culpa y le dé una nueva oportunidad de retomar, si
bien no su vida pasada, al menos una nueva vida. Y, para eso, Sacha será mucho
más que un simple perro lazarillo.
- Domínguez Nimo, Hernán. Sabueso. Buenos Aires, Luvina, 2022.
***
Sobre el autor: Hernán Domínguez Nimo nació en Buenos Aires, en 1969. Estudió Ciencias de la Comunicación (UBA) y Publicidad (AAAP). Integró la Fundación Ciudad de Arena y forma parte del colectivo Heliconia. Publicó cuentos en revistas y antologías impresas y virtuales, tanto nacionales como internacionales (Axxón, La idea fija, Necronomicón, Sinergia, etc.). Fue finalista en concursos literarios de México, Perú y Argentina y en el Premio Internacional de Ediciones Electrónicas 2008 (España). “Moneda común” ganó el Concurso Fobos (Chile, 2003). Es autor de los libros de cuentos Si algo está muerto no puede morir (2015), Tiempos muertos (2016) y La primera muerte es gratis (2017) y de las novelas Los muertos del Riachuelo (2018) y Sabueso (2022).
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