El exorcista del papa (The Pope's
Exorcist) pretende poner en escena al mítico padre Gabriele Amorth, que fue
exorcista de la diócesis de Roma desde 1986, año en que fue designado, hasta su
muerte en 2016, y que afirmó haber realizado alrededor de 70 mil exorcismos. De
hecho, la película está inspirada en dos de sus libros (publicó cerca de una
veintena): Un exorcista cuenta su
historia (1999) y Un exorcista: más
historias (2002), ambos escritos junto a Nicoletta V. Mackenzie.
En el film, el padre Amorth (Russell
Crowe) es llamado por el mismo papa (Franco Nero) para que se ocupe de un extraño
caso de posesión en España, en el que un niño de unos 11 años tiene indicios
claros de estar poseído por una entidad maligna. Para cumplir con su trabajo,
nuestro protagonista deberá desoír los cuestionamientos que, dentro de la misma
Iglesia Católica, le dirige un grupo de sacerdotes modernistas (que duda de sus
trabajos y desestima sus métodos) y dirigirse a la Abadía de San Sebastián para
ayudar al chico y a su familia, dueña actual de la edificación. Una vez allí,
el padre Amorth contará con la ayuda del padre Esquibel (Daniel Zovatto), un joven
sacerdote español, con quien formará una dupla en la que ambos no sólo se
enfrentarán al demonio, sino también a la historia misma del lugar, a los
errores pasados de la Iglesia y a sus mismos pecados, con sus consecuentes
sentimientos de culpa, que la oscuridad intentará usar a su favor.
La película me pareció entretenida,
ágil. La actuación de Russell Crowe se lleva todos los aplausos, aunque hay que
admitir que no se parece en nada al padre Amorth, aspecto que han señalado
algunos de sus detractores. El problema tal vez radique en la intención de hacer
pasar la historia como un hecho real que involucra a personas reales. No tiene
nada de malo inspirarse en personas históricas para crear personajes ficticios,
prácticamente todos (o directamente todos) los escritores lo hacen en alguna
medida, pero no hay por qué llamar a esos personajes, salidos de la mente y de la
pluma del autor, como los individuos que pudieron influir en su origen. Para
dar un ejemplo podemos mencionar a sir Arthur Conan Doyle, que para crear a su
famoso detective se inspiró en el doctor Joseph Bell, pero que, en vez de
llamar a su personaje como el médico, lo llamó Sherlock Holmes. Si el
protagonista de El exorcista del papa se
hubiese llamado de cualquier otra forma, aunque se admitiera la influencia del
padre Amorth, la película hubiera dado menos argumentos a aquellos que buscan
desautorizarla.
Por otra parte, un aspecto negativo
adicional que se podría marcar es el exceso de espectacularidad. La posesión es
muy llamativa, llena de manifestaciones sobrenaturales ostentosas, como
levitaciones, cambios abruptos de fisonomía, personificaciones diversas y una
larga lista de etcéteras. Esto, que sin duda se hizo para llamar la atención
del espectador y provocarle más miedo, termina por enturbiar la verosimilitud. Dicho
con otras palabras, es difícil tomársela en serio. El público de hoy está
demasiado acostumbrado a los efectos especiales, por lo que no es esto lo que
lo sorprenderá. Mejor hubiera sido una puesta en escena más sobria, en la que
el mal se mostrara taimada y disimuladamente, como suele mostrarse.
Por lo demás, la película me gustó
mucho. Tenemos una historia que se arriesga a ir a contramano del pensamiento predominante
de hoy en día. Aquí no se duda de la existencia de un Dios bueno y de un
Satanás malo, como tampoco se juega con la idea de la incapacidad del bien de
someter al mal. Al contrario, se muestra de manera fiel a la doctrina católica la
forma en la que el mal actúa en el mundo y cómo Dios se vale de personas libres,
con sus propios pecados y fallas a cuestas, para hacerle frente y vencerlo con
las armas de la fe y la oración. Como dice el epígrafe del comienzo, citando al
verdadero padre Amorth: “Cuando nos burlamos del diablo y nos decimos a
nosotros mismos que no existe, es cuando él es más feliz”. No es casual que, en
este presente tan ateo, donde las personas no sólo no creen en Dios, sino
tampoco en el diablo, es cuando más se puede ver cumplida la voluntad de este
último.
***
Título original: The Pope's Exorcist
Año: 2023
Duración: 103
min.
País: Estados
Unidos
Dirección: Julius
Avery
Guion: Evan
Spiliotopoulos, Michael Petroni. Biografía sobre: Gabriele Amorth.
Historia:
R. Dean McCreary, Chester Hastings
Música: Jed
Kurzel
Fotografía: Khalid Mohtaseb
Reparto: Russell
Crowe, Alex Essoe, Daniel Zovatto, Peter DeSouza-Feighoney, Franco Nero
Compañías: Screen
Gems, 2.0 Entertainment, Jesus & Mary, Loyola Productions. Distribuidora: Screen Gems
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