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13 de febrero de 2021

EL INQUISIDOR: una película olvidada



Hoy quiero hablarles de El inquisidor, una coproducción argentino-peruana que tuvo (y tiene) todo para ser una cinta de culto y que, sin embargo, fue (y es) relegada al olvido más obstinado. Dejando de lado su proyección en el IV festival Buenos Aires Rojo Sangre en 2003 y el artículo “El Inquisidor, una película maldita” de Pablo Sapere para QuintaDimension.com (también de 2003), no hay mucho material al respecto.

 

La historia nos presenta una serie de asesinatos rituales, que hacen pensar en un resurgimiento de la Inquisición en la ciudad de Lima, en plena década del 70 del siglo XX. Varias mujeres mueren en circunstancias similares: todas son encontradas quemadas vivas, con indicios de haber sido torturadas previamente, como si se trataran de brujas en la Edad Media. Si bien una de las muertes se da en Buenos Aires, no hay dudas de que los responsables actúan en Lima. Por eso mismo, un inspector de esta ciudad intentará dilucidar lo que está ocurriendo antes de que una nueva mujer sea asesinada. Lo que no tiene en cuenta es que el verdadero problema con las brujas radica en que, a veces, existen.

 

Filmada en 1975, no pudo ser estrenada en Argentina sino hasta 1986, ya que no pasó la censura del Ente de Calificación Cinematográfica, organismo fundado en 1969 y que extendió su sombra de prohibición hasta su disolución en 1984. Este hecho, que bien podría haberle jugado a favor, instalándola como una película “prohibida”, no hizo más que jugarle en contra en forma de una extraña paradoja: fue de avanzada cuando se filmó y terminó siendo anticuada al momento de su proyección. Además, tampoco se aprovechó el detalle de ser una pionera en el cine de terror latinoamericano, sino que, por el contrario, se hizo hincapié en su costado erótico, demasiado forzado, llamándola El fuego del pecado y acompañándola con la frase “Sus cuerpos ardían atraídos por insana pasión” y con un afiche de la actriz Elena Sedova abrazándose a sí misma en una pose más que sugerente. Quien haya ido a ver el film buscando mujeres apasionadas ardiendo en un fuego insano, sin lugar a dudas se debió haber llevado una buena desilusión ante semejante juego de palabras (las mujeres ardían, claro, pero no de pasión). Hasta hubiese sido más coherente exhibirla como un policial, pero en fin...

 

Y lo peor de todo es que la película está buena. Su guion es algo inconsistente, es verdad, pero así y todo entretiene, mientras que la dirección no carece de momentos destacables, como cuando combina escenas de torturas con otras, de por sí agradables, en un boliche o en la playa. Incluso, si se considera el escaso presupuesto con que contaba el equipo, no se puede más que admirar el trabajo realizado.

 

Sangre, tortura, mujeres desnudas, brujas, hechizos y la etiqueta de “prohibido”: ¿qué estamos esperando para poner la vitrina y exhibir nuestra película de culto?

 

 

 

 

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Título original: El Inquisidor — El Inquisidor de Lima — El fuego del pecado

Año: 1975 (exhibida en Argentina en 1986)

Duración: 83 min.

País: Perú / Argentina

Dirección: Bernardo Arias

Guion: Gustavo Ghirardi

Música: Tito Ribero

Fotografía: Pedro Marzialetti

Reparto: María Aurelia Bisutti, Olga Zubarry, Duilio Marzio, Elena Sedova, Jorgelina Aranda, Rosalinda Bocanegra, Guillermo Campos, Eduardo Cesti

Productora: Coproducción Perú-Argentina; Industria Andina del Cine S.A, Marlo Cinematográfica