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10 de abril de 2023

SABUESO, de Hernán Domínguez Nimo

 




            Tras un accidente automovilístico, la vida de Gustavo Correa pega un giro tan imprevisto como indeseado: se queda, de golpe y porrazo, ciego y viudo. De ser un policía de carrera (era Inspector en el Departamento de investigaciones) pasa a convertirse, sin alcanzar todavía la cuarta década de vida, en un hombre retirado, que vive sus días encerrado, lamentando su discapacidad tanto como sufriendo su desamparo. Lo único que aprecia de su vida anterior, de esa vida en la que había sido tan feliz sin siquiera saberlo, es la presencia de su perro sharpei, Sacha, convertido ahora en lazarillo. Nada más le queda, nada más tiene… Al menos hasta que el encargado de su edificio aparece muerto en el sótano, con la cabeza partida.

El caso parece simple, al menos para las fuerzas de seguridad. De hecho, la policía, al mando del comisario Pareiro (un viejo conocido), ya tiene a su principal sospechoso: Cardona, el portero. Sólo que Gustavo no se lo cree. No necesita ver con sus ojos para darse cuenta de que algo no cierra. Aunque ciego, es más perspicaz que los demás, incluso (y principalmente) que Pareiro. Decide, entonces, investigar qué pasó realmente en su barrio vertical y quién (y por qué) terminó con la vida del encargado. Para lograr su objetivo, recurrirá a los sentidos que le quedan, a la intuición conservada de sus días de investigador y a la compañía de Sacha. Su perro no sólo será sus ojos, sino también su amigo incondicional, con quien Gustavo compartirá hasta los fantasmas de un pasado que, aunque rechazado, se resiste a desvanecerse.

            Sabueso es una novela policial de enigma, con su crimen, su investigador y su pareja detectivesca. Lo interesante es que Sabueso es una novela policial de enigma distinta, que replantea la dupla protagonista y la resignifica, poniendo en escena a un hombre ciego como detective y a un perro sharpei como su leal “Watson”. El lector no verá a un indagador con dones superiores a los de cualquier otra persona, que guía a su ayudante a la verdad de los hechos, sino a un personaje que se diferencia del resto por su limitación y que, además, es guiado por su ayudante. Las reglas del policial clásico, como se ve, son reformuladas, aunque sin abandonar el género, lo que nos lleva a pensar en el famoso don Isidro Parodi de Borges y Bioy Casares, sólo que acá el investigador no está impedido por las rejas de una cárcel, sino por la prisión de su propia ceguera.

            Estamos ante una historia interesante y conmovedora, que habla de la amistad, el dolor y la resiliencia. Mientras investiga el asesinato del encargado de su edificio, Gustavo Correa busca también una razón para vivir, que lo saque de su oscura soledad, lo aleje de los recuerdos cargados de culpa y le dé una nueva oportunidad de retomar, si bien no su vida pasada, al menos una nueva vida. Y, para eso, Sacha será mucho más que un simple perro lazarillo.

  

- Domínguez Nimo, Hernán. Sabueso. Buenos Aires, Luvina, 2022.

  

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Sobre el autor: Hernán Domínguez Nimo nació en Buenos Aires, en 1969. Estudió Ciencias de la Comunicación (UBA) y Publicidad (AAAP). Integró la Fundación Ciudad de Arena y forma parte del colectivo Heliconia. Publicó cuentos en revistas y antologías impresas y virtuales, tanto nacionales como internacionales (Axxón, La idea fija, Necronomicón, Sinergia, etc.). Fue finalista en concursos literarios de México, Perú y Argentina y en el Premio Internacional de Ediciones Electrónicas 2008 (España). “Moneda común” ganó el Concurso Fobos (Chile, 2003). Es autor de los libros de cuentos Si algo está muerto no puede morir (2015), Tiempos muertos (2016) y La primera muerte es gratis (2017) y de las novelas Los muertos del Riachuelo (2018) y Sabueso (2022).



 

26 de octubre de 2018

LOS MUERTOS DEL RIACHUELO, de Hernán Domínguez Nimo




El 6 de febrero de 1997, a las 22:04, y en medio de una feroz tormenta, un rayo cae en el Riachuelo. Esto, que no es más que un fenómeno natural, común e intrascendente, genera una reacción química en las contaminadas aguas del río, provocando a su vez otro fenómeno que no tiene nada de natural ni de común ni de intrascendente: todas aquellas personas que habían sido arrojadas al Riachuelo, algunas todavía con vida, otras ya sin ella, se despiertan del oscuro sueño de la muerte. De esta manera, las calles de Buenos Aires, inundadas y casi desiertas como consecuencia de la tormenta, comienzan a poblarse de esta extraña raza de seres que, por convención, podríamos llamar zombis o muertos vivos. No obstante, no hay que caer en el error de creer que se tratan de los ya conocidos zombis del cine y la televisión del Norte, desde George Romero hasta The Walking Dead. No, estos son distintos. Estos zombis son argentinos.

            En Los muertos del Riachuelo, Hernán Domínguez Nimo nos cuenta una historia original que le da varias vueltas de tuerca al tema zombi, tan gastado en la actualidad. Acostumbrados a ver cómo los muertos vivos, cual animales rabiosos, deambulan por las calles en busca de personas a las que comer, los muertos vivos de Domínguez Nimo tienen una misión específica: vengarse de aquellos que los mataron y tiraron al río. Así, estos seres están provistos de una especie de inteligencia colectiva que los orienta y les da una razón de ser, al menos por una noche. Ya no estamos, entonces, ante los malos de la historia, sino que, en un mundo de injusticias, los zombis se levantan del Riachuelo para equilibrar un poco la balanza. Sólo en un país como la Argentina, con su habitual carencia de héroes, puede surgir semejante figura justiciera.

            La novela está escrita y organizada de manera tal que no se pueda abandonar hasta terminarla. Con una maestría admirable, Domínguez Nimo se pone en la piel de un cronista que no sólo cuenta la historia que ha investigado con seriedad y compromiso, sino que también nos habla de su mismo oficio. Así, la historia va avanzando en una alternancia de capítulos y «casos». En cada capítulo, el cronista reflexiona sobre su trabajo, sobre la naturaleza de los zombis y sobre las particularidades de este fenómeno, tan llamativo como silenciado; en cada «caso», a su vez, nos relata cómo uno de los muertos del Riachuelo vuelve a la vida para cumplir con su tarea de venganza. Esta combinación, como dije antes, se suma a la agilidad misma de la pluma del cronista para meternos de lleno en una historia que el lector no podrá soltar hasta quedarse sin páginas que recorrer.

            Por último, es importante destacar que Los muertos del Riachuelo es el quinto libro de la colección Pulp de la editorial interZona, colección que apuesta a revivir, con novelas contemporáneas, una forma clásica de pensar la literatura: aquella orientada al público masivo, con historias de calidad pero a precios accesibles. De hecho, la estética misma de los libros muestra esta alusión a lo barato y rudimentario: manchas de tinta y de café en las hojas, tachaduras y agregados a mano, dibujos en los márgenes, además de ilustraciones a página completa que, en este caso, le correspondieron a Grendel Bellarouse.

            En fin, Los muertos del Riachuelo es una novela que da gusto leer y recomendar. A veces olvidamos que la literatura es ese recurso con el que contamos los mortales para hacer de nuestro día algo mucho más soportable y entretenido. No todos los libros cumplen con semejante misión. Éste sí.

            Y recuerden que en el fondo de las aguas contaminadas del Riachuelo, los muertos tienen memoria… Y esperan.


- Domínguez Nimo, Hernán. Los muertos del Riachuelo. Bueno Aires, interZona, 2018.


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Sobre el autor: Hernán Domínguez Nimo nació en Buenos Aires, en 1969. Estudió Ciencias de la Comunicación (UBA) y Publicidad (AAAP). Integró la Fundación Ciudad de Arena y forma parte del colectivo Heliconia. Publicó cuentos en revistas y antologías impresas y virtuales, tanto nacionales como internacionales (Axxón, La idea fija, Necronomicón, Sinergia, etc.). Fue finalista en concursos literarios de México, Perú y Argentina y en el Premio Internacional de Ediciones Electrónicas 2008 (España). “Moneda común” ganó el Concurso Fobos (Chile, 2003). Es autor de los libros de cuentos Si algo está muerto no puede morir (2015), Tiempos muertos (2016) y La primera muerte es gratis (2017). Los muertos del Riachuelo es su primera novela.