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22 de marzo de 2009

EL NÚCLEO DEL DISTURBIO, de Samanta Schweblin

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«Nunca suceden acontecimientos inútiles, pero sí acontecimientos que no debieran suceder, y quizá los últimos años de mi vida sean fiel ejemplo de esta observación.»
Samanta Schweblin, «La verdad acerca del futuro» en El núcleo del disturbio.


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         No sé qué me sorprende más, la perfección de la escritura, las tramas extraordinarias o el hecho de que Samanta Schweblin tenía sólo 24 años cuando se publicaron los cuentos reunidos bajo el nombre de El núcleo del disturbio (2002). Seguramente mi sorpresa es producto de todo eso. Los cuentos de este libro nos recuerdan la fuerza que pueden albergar los relatos cortos y nos tranquilizan al mostrarnos que todavía hay historias que contar. A diferencia de muchos escritores contemporáneos que vagan en una reflexión metaliteraria o que devanean en cuestiones de escritura, pero que no tienen historias para compartir, Samanta Schweblin demuestra que se pueden hacer ambas cosas: contar una historia y contarla bien.

        Al leer este libro me surgió una pregunta: ¿es posible encontrar lo fantástico donde no hay ningún elemento que sea rigurosamente sobrenatural? Por supuesto que sí, y en esto El núcleo del disturbio es revelador. Las tramas de estos cuentos no poseen elementos ni presentan situaciones sobrenaturales, pero todo en ellos es excepcional. Trenes que no se detienen por años, esposas abandonadas al costado de una ruta como producto de una ley inquebrantable, un grupo de perros dispuesto, tal vez, a vengar a un compañero asesinado, un homicidio que es convertido en una obra de arte, entre otras cosas, son acontecimientos que fácilmente pueden ser (mal) considerados sobrenaturales, pero que en realidad se resisten a una clasificación de esa índole. En El núcleo del disturbio, en cualquiera de sus cuentos, lo sobrenatural no irrumpe en lo cotidiano (como suele definirse al género), sino que lo cotidiano se quiebra, se fuerza y se estira hasta ingresar en un lugar otro, pero sin dejar de ser eso, lo cotidiano.

        Por esto mismo, las historias que narra Schweblin son fantásticas, pero en un modo especial, más extrañas, más atrayentes, más perturbadoras. No veremos muertos saliendo de las tumbas, sino vivos entrando en la muerte; no a un dios volverse humano, sino a un humano Dios; no a un futuro terrible que se inmiscuye en el presente, sino a un presente que se adelanta a un futuro indeseable... Y encima, todo muy bien escrito, con juegos lingüísticos y exploraciones formales. Me alegro de haberme encontrado con este libro, que demuestra, como hace tiempo se creía y, tal vez, ya no, que la juventud puede producir buenas y grandes cosas.

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Sobre la autora: Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) es egresada de la carrera de Imagen y Sonido de la UBA. Ganó, en 2001 con El núcleo del disturbio, el Primer Premio en Antología de Cuentos del Fondo Nacional de las Artes. Además, ese mismo año, obtuvo el Primer Premio en cuentos del Concurso Haroldo Conti «Jóvenes Escritores 2001». Por último, como si hiciera falta un premio internacional para ratificar el talento de esta joven escritora, el año pasado (2008) Samanta Schweblin fue distinguida desde Cuba con el prestigioso Premio Casa de las Américas por su libro de cuentos Pájaros en la boca.


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- Schweblin, Samanta. El núcleo del disturbio. Buenos Aires, Destino, 2002.


  • Más sobre Samanta Schweblin en El lugar de lo fantástico:
- «Pájaros en la boca, de Samanta Schweblin» (aquí)
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15 de marzo de 2009

LA REALIDAD EDITORIAL EN LA ARGENTINA: la búsqueda de lo imposible

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        Los que me conocen saben que estoy buscando una editorial que esté dispuesta a publicar mi novela Los hombres malos usan sombrero. No es una tarea fácil, y sabía que no lo iba a ser. Después de hablar con varios escritores, sólo una cosa me había quedado en claro: lograr que una editorial publique la primera novela de un autor desconocido es muy difícil, prácticamente imposible. Por supuesto, cuando me dijeron eso pensé que tal vez yo podía ser una excepción a la regla (ya que hay excepciones a esa regla), pero ahora vengo a descubrir, o más bien a corroborar, que no lo soy.

        Envié el original a muchas editoriales. Sólo dos me respondieron. No voy a dar nombres, ya que mi posición hacia ellas es más de agradecimiento (por tomarse la molestia de responderme) que de enojo (por no querer publicarme). De una me respondieron por mail y de la otra me llamaron por teléfono. Con el encargado de la publicación de ésta mantuve un diálogo triste, pero sincero y bienintencionado. Me dijo lo que ya me habían dicho antes y que yo me había negado a aceptar: las editoriales argentinas no toman el riesgo de publicar autores inéditos y desconocidos. Me dijo que la editorial de él estaba dispuesta a publicar mi novela, siempre y cuando yo costeara los gastos. Dado que es una editorial medianamente conocida (entre su lista figuran autores como Kohan, Aira o Gamerro), ellos tienen que hacer un proceso de selección para que lo que publiquen no les desprestigie la firma. Supuestamente, yo podía aspirar a formar parte de su lista, pero tenía que pagar un poco más de ocho mil pesos. Cuando le dije que no podía hacerlo, me respondió que lo entendía, pero que no podía permitirse perder cuatro mil pesos por confiar en mí. «Tu novela se va a distribuir, eso te lo aseguro –me dijo–, pero lo que también te aseguro es que no la va a comprar nadie. Si vos pagás la edición, yo ya me aseguro tres mil pesos de ganancia». Dicho así, tal vez suene un poco crudo y parezca que el editor es un ser desalmado, pero no, el hombre fue muy cortés y lo único que puedo recriminarle es el haber sido sincero.

         Seguimos charlando. Me dijo que el problema está en el público lector argentino. «En argentina se lee poco y se escribe mucho. Además, no se lee literatura argentina, sino literatura extranjera y traducida». Le comenté que lo sabía, que incluso muchos estudiantes de Letras parecían pensar que la literatura argentina había terminado con Puig. «Claro –agregó–. Esto es algo que no ocurre en otros países. En Uruguay leen a uruguayos; en México, a mexicanos; en Argentina, a extranjeros traducidos». Me nombró a algunos escritores argentinos que supuestamente gozan de una considerable popularidad, pero que no venden más de quinientos libros. Por último, me dio el nombre de otras editoriales que podían responderme afirmativamente, luego nos saludamos cordialmente y cortamos. De más está decir que envíe el original a esas editoriales y ninguna me respondió.

        Querer ser escritor en un país en donde a nadie le importa la literatura es difícil. Después dicen que los escritores no quieren saber nada con el público, que escriben para unos pocos iniciados y que le escapan a la muchedumbre. Pero yo me pregunto, ¿dónde está esa muchedumbre, para que al menos yo pueda ir a su encuentro?

        Por mi parte, seguiré buscando lo imposible, una editorial argentina que confíe y pruebe con un escritor argentino que está dando sus primeros pasos, con la esperanza de provocar un fenómeno también imposible, que los argentinos gocen leyendo historias de un escritor contemporáneo y coetáneo. En fin, ya veremos qué ocurre. Los mantendré al tanto.

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8 de marzo de 2009

BEGOTTEN: la imagen como construcción significativa

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«¿La película o el libro?»: ya no se trata de elegir


         En el post «¿La película o el libro?» comparé, en la medida de lo posible, los formatos que dan nombre al título con la intención de ver cuál de los dos era preferible. Al hacerlo me encontré con una paradoja: la gran mayoría dice que el libro es mejor, aunque no lean o prefieran la película. Afirmar la superioridad del libro es, tal vez, la respuesta políticamente correcta que evita que seamos tomados por ignorantes. La comparación, si bien odiosa, tenía como base la hipótesis de que los dos formatos (a diferencia de la música o la pintura) comparten un recurso: la narración. Tanto los libros como las películas cuentan historias. Ante esto, no pude más que remarcar las limitaciones de las películas con respecto a los libros, limitaciones materiales que se extienden desde el presupuesto económico hasta el tiempo de duración máximo tolerable por el espectador, sin dejar de lado los efectos especiales que no lo pueden hacer todo (o en todo caso, que no lo pueden hacer todo bien). En fin, el problema radicaría en la imagen: lo que la imagen puede mostrar siempre es más limitado que lo que la mente puede imaginar, al menos eso pensaba...

         La cuestión radica en lo concreto o en lo abstracto del planteo. Si bien las teorías requieren un nivel de abstracción, es en lo concreto donde se ven corroboradas o no (por lo general no). Por esto mismo, al hablar de la superioridad del libro por sobre la película, estábamos pensando en un tipo estándar de película, más lineal, simple, que tiene a la historia como condicionante de la imagen y no viceversa. En estas películas la potencialidad esencial del cine se vería puesta en un segundo plano, impidiéndole al espectador interpretar y reconstruir. Cuando uno se encuentra con un film que sí utiliza la imagen en todo su potencial, que no ofrece la historia en bandeja sino que obliga al espectador a decodificar la sucesión de imágenes en pos de la construcción de una trama, es entonces cuando la razón es interpelada y el cine puede independizarse por completo del libro. La relación consecutiva que suele verse en las películas con respecto a la literatura («Basada en la novela de...») desaparece cuando se hace uso de la imagen en todo su poderío. Entonces, el cine logra algo que la literatura jamás podría emular.




Begotten: una película aberrante



         Begotten (1991) es la primera película de Edmund Elias Merhige, director que se hizo famoso por La sombra del vampiro (en donde recrea la filmación del clásico del cine mudo Nosferatu y que tiene como protagonista a Willem Defoe). La trama de Begotten es imposible de resumir, explicar o, incluso, entender satisfactoriamente. Las interpretaciones han sido múltiples y no todas coincidentes; las valoraciones, contrarias. Intentaré plantearla en su forma más elemental: la historia comienza en el interior de una cabaña, donde un extraño hombre, «El Dios que se mata a sí mismo», se mutila y destripa con una navaja de afeitar. Luego, una vez muerto y rodeado de sangre y excrementos, entra en escena una mujer, también extraña, que estimula sexualmente al Dios muerto hasta hacerlo eyacular, con cuyo semen queda embarazada y da a luz a «El Hijo de la Tierra». Y luego, madre e hijo son apresados, torturados, asesinados y descuartizados por un grupo de hombres vestidos con túnicas, mientras que el ciclo de la naturaleza concluye y vuelve a nacer. Resumir la trama es inútil y casi una herejía, teniendo en cuenta la importancia que tienen las imágenes y la atmósfera por sí mismas.

         A diferencia del cine que estamos acostumbrados a ver, Begotten no tiene diálogos y está construida con una (aunque intencional) paupérrima calidad de imagen en blanco y negro. De esta manera, hace pensar en antiguas películas mudas mal conservadas. El sonido se limita a grillos, cascadas y una música que pone los pelos de punta. Todo esto contribuye a generar una atmósfera que por un lado asfixia, pero que por otro obliga a mirar ininterrumpidamente. Esto no es un dato menor, ya que en el género fantástico la atmósfera es uno de los elementos más importantes, de la que depende muchas veces la calidad de la obra. Así lo afirmó un maestro del género, H. P. Lovecraft, cuando escribió: «La atmósfera, y no la acción, es el gran desiderátum de la literatura fantástica»[1]. Lo mismo puede decirse en relación con el cine. Y Begotten logra construir esa atmósfera a fuerza de imágenes descarnadas y aberrantes, combinadas con sonidos certeros carentes de palabras.

         Como dije, las interpretaciones y las valoraciones de la película han sido múltiples. Tal vez la interpretación más «aceptada» sea la que habla de una simbolización de la Creación del mundo, de la violencia instalada en él y de la indefensión del hombre (interpretación que se vería reforzada por los nombres mismos que reciben los personajes y que se dan a conocer en los créditos finales). Con respecto a las valoraciones, como siempre están los que hablan de una joya cinematográfica y los que afirman que se trata de una reverenda porquería. Más que dar una opinión, no hay nada que pueda hacer para dirimir la cuestión: honesta y personalmente, me pareció una verdadera joya, que golpea, perturba e inspira.




La imagen como construcción de la historia


         En fin, una película como ésta permite pensar el cine desde otra perspectiva, independiente de cualquier otro formato. Lo esencial del cine es el trabajo con las imágenes, y a veces no nos damos cuenta cómo estas imágenes están relegadas a un segundo plano por la preponderancia de la historia y de los actuales efectos especiales (que nada dicen y, a esta altura, aburren). La imagen debe construir significados y ser significado ella misma, sin necesidad de recurrir a otros lenguajes. Con esto no quiero decir que la historia no sea importante o que todo cine deba ser mudo, al contrario, lo que afirmo es que en el cine la historia (que siempre es lo más importante) debe construirse con imágenes más que con otra cosa (como la literatura debe hacerlo con palabras, más que, por ejemplo, con ilustraciones). En todo caso, lo que hace Begotten, justamente al prescindir del lenguaje de las palabras, es llevar esto hasta el extremo. Por esto mismo, Begotten no podría ser un libro ya que, salvo el breve texto introductorio, no hay en ella ningún lenguaje fuera del que establecen las imágenes y los sonidos.

         Para muchas personas, todo aquello que represente un ejercicio intelectual tiende a aburrir. Por eso, no faltará quien diga que Begotten es aburrida... Y bueno, decir eso es caer en la idea de que toda película tiene que servir para distraer. Hay películas que sirven para eso (¡y a Dios gracias que las hay!), pero podemos concebir un cine diferente para diferentes momentos de la vida, un cine que nos permita pensar a partir de imágenes y que nos haga entender que lo que tenemos adelante es algo único que sólo puede ser como es. Begotten solo puede ser lo que es: Begotten.


[1] Lovecraft, Howard Phillips. El horror sobrenatural en la literatura. Buenos Aires, Leviatán, 1998, p. 113.


Ficha técnica
Título original: Begotten
Año: 1991
Duración: 78 min.
País: Estados Unidos
Director: E. Elias Merhige
Guión: E. Elias Merhige
Reparto: Brian Salzberg, Donna Dempsey, Stephen Charles Barry
Productora: World Artists presenta una producción Theatre Of Material


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1 de marzo de 2009

LA PROFECÍA DE SAN MALAQUÍAS

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«Por lo que se refiere a ese Día y cuando vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre». Mc 13, 32.
«Consideré que estábamos, como siempre, en el fin de los tiempos». Jorge Luis Borges, «La escritura del dios».

.Profecías (en general)

         En mi adolescencia sentí una atracción muy fuerte por las profecías, en especial por las que anunciaban el fin del mundo. Así, leí varías veces el Apocalipsis de San Juan, diversas ediciones de las centurias de Nostradamus, me acerqué a las predicciones de Edgard Cayce y le eché un vistazo a los dibujos de Solari Parravicini, entre otras cosas. Claro, eso fue antes del año 1999, por lo que una de las profecías más famosas de Nostradamus («Centuria X - Cuarteta 72») estaba todavía por cumplirse:

«El año mil novecientos noventa y nueve, siete meses,
Del cielo vendrá un gran Rey de terror:
Resucitar el gran Rey de Algolmois,
Antes después de Marte reinar por dicha

         Esperé entonces con cierta ansiedad la llegada de julio de 1999, pero una vez que llegó y se fue sin ninguna novedad tengo que admitir que me desilusioné. En vez de sentirme bien porque el mundo seguía en pie, me sentí defraudado. Después oí que en realidad el calendario que utilizaba Nostradamus no era el mismo que el nuestro, por lo que su año 1999 era en realidad nuestro año 2000. Después de que pasamos el 2000 con pena y sin gloria, me dijeron que tal vez se tratara del año 2004 o 2005, según el almanaque que utilizaba el profeta francés. Pero los años siguieron pasando y ni el fin del mundo ni ningún rey de terror parecía llegar del cielo (llegó Bush, es verdad, pero eso fue obra del fraude, primero, y de la estupidez de la mayoría del pueblo norteamericano, después).

        Se siguió reinterpretando la centuria de Nostradamus, pero yo llegué a una convicción que todavía hoy sostengo: las interpretaciones válidas o definitivas de las profecías se hacen siempre después de ocurrido el suceso. Nostradamus profetizó muchas cosas que se cumplieron, pero eso lo sabemos porque esas cosas ya ocurrieron. No dudo de que la «Centuria X – Cuarteta 72» encierra algo terrible que en algún momento se va a cumplir, pero su verdadero significado lo conoceremos después de que eso ocurra.

        Estuve un tiempo (relativamente largo) sin interesarme por las profecías o por el fin del mundo, hasta que el sábado pasado, revolviendo unos anaqueles de una vieja librería de Caballito, me encontré con una edición vieja de «La profecía de los Papas» de San Malaquías. Me pareció interesante, teniendo en cuenta la inminencia de esta predicción, dedicarle unas líneas al asunto.


La profecía de San Malaquías

         Malaquías fue un arzobispo irlandés que nació en 1094 y murió en 1148. Se trató de un hombre de gran celo religioso y de una férrea disciplina, características éstas que logró instalar en el seno de la iglesia católica de Irlanda y en la población de fieles, aquejadas ambas por la corrupción y la desidia litúrgica. San Bernardo, amigo suyo y más tarde su biógrafo, da muchas anécdotas de San Malaquías y menciona su don de la profecía y su capacidad de realizar milagros. Es en los brazos del mismo San Bernardo en donde muere, el 2 de noviembre de 1148. Fue canonizado por el Papa Clemente III el 6 julio de 1199, y su fiesta se celebra el 3 noviembre para no coincidir con el día de los fieles difuntos. Se trató del primer irlandés canonizado por un Papa.

         A San Malaquías se le atribuyen dos profecías, la llamada «Profecía de Irlanda» y «La profecía de los Papas». Debido a la restricción de lugar (exclusivamente Irlanda), la primera no se hizo tan famosa como la segunda. Básicamente, la «Profecía de Irlanda» habla de las persecuciones y calamidades que, en el transcurso de «una semana de siglos», Irlanda sufriría en manos de la opresión de Inglaterra, conservando de todas maneras su fidelidad a Dios y a Su Iglesia. Al final de siete siglos se libraría de sus opresores, quienes a su vez serían sujetos de horribles castigos.

         En «La Profecía de los Papas», el santo hace una lista de los Sumos Pontífices que ocuparían el trono de San Pedro desde el momento en que él escribe hasta el día del fin del mundo. Dije que es interesante dada su inminencia porque el Papa Benedicto XVI sería el anteúltimo Papa, después del cual llegaría «Pedro el Romano», el último Papa antes del fin del mundo. Teniendo en cuenta que Benedicto XVI cuenta con 81 años de edad, no disponemos de mucho tiempo...

         La lista de Malaquías fue publicada por Arnold de Wyon (un monje benedictino francés) en el Lignum Vitae (1595) y cuenta con 112 descripciones breves, cada una de las cuales corresponde a un Papa, según la exégesis de los conocedores del tema. Los datos que han utilizado para atribuir las descripciones a los Papas abarcan tanto su país de origen o su nombre como su escudo de armas o insignia, sin descuidar a su vez su lugar de nacimiento, su talento o formación, el título de su cardenalato, los títulos que recibieron, etc. Por supuesto que las interpretaciones de la lista son muchas y no todas coinciden entre sí. Como dije en un comienzo, la interpretación «verdadera», si es que existe, verá la luz después de que los acontecimientos ocurran. Mientras tanto, tendremos que escoger la que más nos guste. Así, hay quienes dicen que la lista entera es un fraude y que en realidad no la escribió Malaquías; otros dicen que queda claro que «Pedro el Romano» va a ser el último Papa, pero no que van a ser exactamente 112; y otros, que el fin de los tiempos de los que habla el santo no se trata del fin del mundo, sino del fin de la Iglesia Católica tal cual la conocemos. Entre los que defienden esta última posición se encuentra Marcelo Jiménez, un español experto en el estudio de predicciones y adivinaciones, quien afirma que «muchos interpretan esto como si llegara el fin del mundo. Yo no lo veo así, lo que sigue es el fin de la dinastía Papal y el comienzo de otra era dentro del Vaticano».

        Como siempre, hay interpretaciones para todos los gustos. De todas maneras, en lo que parecen coincidir todos los exégetas es en que durante el papado de Pedro el Romano (él próximo Papa después de Benedicto XVI) vendrán profundos cambios y persecuciones que provocarán algún tipo de final, ya sea de nuestras instituciones o del mundo mismo.

         Antes de terminar, y para todos los curiosos, les dejo la lista completa de San Malaquías, con las descripciones de los Papas, sus traducciones, el nombre (en negrita) de los supuestos Papas a las que corresponden y algunas explicaciones que vienen al caso:


- Ex castro Tiberis (Del castillo del Tíber) - Celestino II (1143-1144) nació en Città del Castello, a orillas del Tíber
- Inimicus expulsus (El enemigo expulsado) - Lucio II (1144-1145). De la familia Caccianemici (caccia = cazar), ([e]nemici = enemigos).
- Ex magnitudine montis (De la grandeza del monte) - Eugenio III (1145-1153); su apellido fue Montemagnus, y nació en el castillo de Grammonte.
- Abbas suburranus (El abad de Suburra) - Anastasio IV (1153-1154), cuyo nombre era Corrado Della Suburra. Fue abad antes que Papa.
- De rure albo (Del campo blanco) - Adriano IV (1154-1159) era de origen campesino y nació en Saint-Alban (Alba = "blanco, albino").
- Ex tetro carcere (De tétrica cárcel) - Víctor IV (1159-1164), antipapa. Había sido cardenal de de San Nicolás in Carcere (en prisión).
- De Via Transtiberina (De la Vía transtiberina) - Pascual III (1164-1168), antipapa. Nacido en Lombardía y ex cardenal de Santa María del Trastévere, todo ello bañado por el río Tíber.
- De Pannonia Tusciae (De Panonia a Toscana) - Calixto III (1170-1177), antipapa. De nacionalidad húngara (en latín, pannonia) fue cardenal-obispo de Tusculum.
- De Ansere custode (Custodio de la Oca) - Alejandro III (1159-1181). Su apellido era Paparona, que significa "oca". Fue custodio de la Iglesia frente a los tres antipapas anteriores.
- Lux in ostio (Luz en la puerta) - Lucio III (1181-1185). Lucio III, nombre que viene de "luz", fue cardenal de Ostia (ostia = "puerta").
- Sus in cribo (Una cerda en una criba) - Urbano III (1185-1187). Uberto Crivelli (crivelli = "criba") tenía un cerdo en su escudo de armas.
- Ensis Laurentii (La espada de Lorenzo) - Gregorio VIII (1187). Ex-cardenal de San Laurencio, con dos espadas en su escudo de armas.
- De schola exiet (Salido de la escuela) - Clemente III (1187-1191). Bautizado Paolo Scholari (de la escuela).
- De rure bovensi (De campo de bueyes) - Celestino III (1191-1198). De la familia de los Bovis (bueyes) y originario de la campiña romana.
- Comes signatus (Conde Signado) - Inocencio III (1198-1216), de la familia Conti di Signi (luego Segni).
- Canonicus es larere (Canónigo de Letrán) - Honorio III (1216-1227) fue canónigo de San Juan de Letrán.
- Avis ostiensis (El ave de Ostia) - Gregorio IX (1227-1241), fue cardenal de Ostia y había un pájaro en su escudo de armas.
- Leo sabinus (El león sabino) - Celestino IV (1241). Con un león en su escudo de armas, fue cardenal-obispo de la Sabina.
- Comes laurentius (El conde de Lorenzo) - Inocencio IV (1243-1254). Conde de Lavagne de San Lorenzo.
- Signum ostiense (El signo de Ostia) - Alejandro IV (1254-1261). Otro miembro de la familia de los Signi, ex-cardenal de Ostia.
- Jerusalem campaniae (Jerusalén en Campania) - Urbano IV (1261-1264), nacido en Troyes, Champagne, y posteriormente patriarca de Jerusalén.
- Draco depresus (El dragón perdido o vencido) - Clemente IV (1265-1268). Sus armas representaban un águila aprisionando entre sus garras a un dragón.
- Anguineus vir (El hombre de la culebra) - Gregorio X (1271-1276). De la familia de los Visconti, cuyo escudo de armas incluye una culebra comiendo a un hombre.
- Conciunator gallus (El predicador galo) - Inocencio V (1276), nacido en Francia, primado de los Galos, conocido como doctor famosissimus por su oratoria.
- Bonus comes (El buen conde) - Adriano V (1276). Conde de Lavagne.
- Piscator tuscus (El pescador toscano) - Juan XXI (1276-1277), de nombre Pedro y cardenal de Tusculum.
- Rosa composita (La rosa compuesta) - Nicolás III (1277-1280). Con una rosa en su escudo de armas, fue apodado el compuesto ("el componendas").
- Ex telonio liliacei Martini (Del recaudador de Martín de lis) - Martín IV (1281-1285), tesorero de la iglesia de San Martín de Tours, y Canciller del Rey de Francia (cuyo símbolo, como es bien sabido, es la flor de lis.
- Ex osa leonina (De la rosa del león) - Honorio IV (1285-1287) de la familia Savelli, cuyas armas constan de una rosa llevada por dos leones. Rompió los vínculos entre la Iglesia occidental y la oriental en el Concilio de Lyon.
- Picus inter escas (El pico en la comida) - Nicolás IV (1288-1292). Llamado Jerónimo d'Ascoli durante su pertenencia a la orden franciscana (esca significa "alimento") el cardenal Giacomo Masci fue nombrado tras un concilio que duró más de un año (fue "picoteado" entre los cardenales).
- Ex eremo celsus (Elevado de la ermita) - Celestino V (1294), antes de ser elegido, fue ermitaño del monasterio de Pouilles.
- Ex undarum benedictione (De la bendición de las olas) - Bonifacio VIII (1294-1303). Llamado Benedicto Gaëtan. El escudo de la familia Gaëtan representa unas olas.
- Concionator patareus (El predicador de Patara) - Benedicto XI (1303-1304). Se llamaba Nicolás, y el obispo Nicolás original nació en Patara. Benedicto XI pertenecía a la Orden de los Predicadores.
- De fasciis Aquitanicis (De los lazos de Aquitania) - Clemente V (1305-1314), fue arzobispo de Bordeaux, en Aquitania, y su escudo de armas presentaba tres fasces de gulas.
- De surore osseo (Del zapatero de Ossa) - Juan XXII (1316-1334). El teólogo Panvinio —autor de biografías papales— le atribuyó erróneamente haber sido hijo de zapatero y pertenecer a la familia Heusse (Ossa), cuando en realidad pertenecía a la familia Duèze y nunca tuvo relación alguna con los zapateros. No obstante, este error de Panvinio también parece "pasar" a la profecía.
- Corvus schismaticus (El cuervo cismático) - Nicolás V (1316-1333), antipapa cismático.
- Abbas frigidus (El abad frío) - Benedicto XII (1334-1342), antiguo sacerdote del Monasterio de Frontfroid (Frente Frío).
- Ex rosa Attrebatensi (De la rosa de Arrás) - Clemente VI (1342-1352), ex-obispo de Arras (Francia), con unas rosas en su escudo de armas.
- De montibus Pammachii (Del monte Pammacos) - Inocencio VI (1352-1362), nació en el monte Limousin, muy próximo. En sus armas, seis montañas.
- Gallus vicecomes (Vizconde galo) - Urbano V (1362-1370) era vizconde y francés.
- Novus de virgine forti (El nuevo de virgen fuerte) - Gregorio XI (1370-1378), conde de Beaufort y Cardenal de Ste. Marie la Neuve.
- De cruce apostolica (De la cruz apostólica) - Clemente VII (1378-1394), antipapa y cismático, fue una "cruz" para el linaje apostólico.
- Luna cosmedina (Luna de Constanza) - Benedicto XIII (1394-1424). De nombre, Pedro de Luna. Se ocupó personalmente de la diócesis de Zaragoza -de donde procedía- y posteriormente al Concilio de Constanza. Excomulgado y considerado por el resto de Iglesia un antipapa.
- Schisma Barcinonum (El cisma de Barcelona) - Clemente VIII (1424-1429), antipapa con sede en Barcelona.
- De inferno prægnante (Preñado del infierno) - Urbano VI (1378-1389), por nombre de pila Bartolomé Pregnagni, nació en un barrio de Nápoles llamado Inferno.
- Cubus de mixtione (Cubo de mezcla) - Bonifacio IX (1388-1404). El escudo de armas de su familia representaba unos cubos entrelazados.
- De meliore sidere (De la estrella mejor) - Inocencio VII (1404-1406). Nombre de pila Cosimo de Migliorati o Cosmato de Meliorato (en ambos casos el apellido familiar significa "mejorado"). En su escudo de armas, una estrella.
- Nauta de ponto nigro (Marino del Mar Negro) - Gregorio XII (1406-1415), nacido en Venecia, fue sacerdote de la iglesia de Negreponte.
- Flagellum solis (El azote del sol) - Alejandro V (1409-1410). Con un sol en su escudo de armas, fue sin duda un azote para la Iglesia en tanto que antipapa.
- Cervus sirenæ (El ciervo de la sirena) - Juan XXIII (1410-1419), antipapa. Baltasar Cossa fue Cardenal-diácono de San Eustaquio, y representado con un ciervo en su escudo. Era napolitano de origen; un topónimo clásico de Nápoles es jadis Parthenope, por el nombre de una sirena. En tanto que antipapa, su nombre fue ignorado y reutilizado en 1958.
- Corona veli aurei (La corona del velo de oro) - Martín V (1417-1431). Un Colonna, las armas de su familia incluyen una corona. Fue Cardenal Diácono de San Jorge del Velo de Oro. Puso fin al gran cisma de Occidente.
- Lupa Cælestina (Loba celestina) - Eugenio IV (1431-1447). Otro error de Panvinio. Escribió que pertenecía a la Orden Celestina, cuando en realidad era agustiniano. Este error también "pasa" a la profecía. Fue obispo de Siena, cuyas armas representan una loba.
- Amator crucis (Amante de la cruz) - Félix V (1439-1449), antipapa. Era el Duque Amadeo VIII de Saboya (Amadeo = "Ama a Dios"). En su escudo de armas, una cruz.
- De modicitate lunae (De la modestia de la luna) - Nicolás V (1447-1455). De orígenes modestos. Nacido en Lunigiana. Si bien fue un Papa enormemente ilustrado, creador de numerosos monumentos y de la Biblioteca Vaticana, su Papado quedó marcado por la amenaza turca a Europa (bajo la bandera de la Media Luna) y la mediocre respuesta de los señores cristianos a su llamamiento a la Cruzada contra la misma. Murió de noche.
- Bos pascens (El buey que pace) - Calixto III (1455-1458), nacido en Xàtiva (Valencia), de la familia Borja (Borgia). Su escudo de armas fue un buey dorado paciendo.
- De capra et albergo (De la cabra y del albergue) - Pío II (1458-1464). Antes de ser Papa, Enea Piccolomini fue secretario de los cardinales Capranica y Albergati.
- De cervo et leone (Del ciervo y el león) - Pablo II (1464-1471). Pietro Barbo fue obispo de Cervie y cardenal de San Marcos, que tiene por símbolo un león. Y había también un león en su escudo de armas.
- Piscator minorita (Pescador menor) - Sixto IV (1471-1484). Hijo de pescador, fue educado por los frailes minoritas.
- Praecursor Siciliæ (El precursor de Sicilia) - Inocencio VIII (1481-1492), se llamaba Juan Bautista (nombre del precursor de Cristo) y estaba vinculado a la Corte de Alfonso, Rey de Sicilia.
- Bos albanus in portu (El buey albano en el puerto) - Alejandro VI (1492-1503) fue obispo-cardenal de Albano y Porto, y sus armas representan un buey.
- De parvo homine (Del hombre pequeño) - Pío III (1503). Prematuramente envejecido, no soportó las ceremonias de nombramiento y murió escasamente 10 días después de ser coronado Papa. Su apellido era Piccolomini (piccolo signica "pequeño", y uomoni significa "hombres").
- Fructus Jovis juvabit (El fruto de Júpiter agradará) - Julio II (1503-1513). Su escudo de armas contiene un roble, el árbol de Júpiter.
- De craticula Politiana (De la parrilla de Politiano) - León X (1513-1521). Era hijo de Laurencio de Médicis (san Laurencio tiene como emblema la parrilla donde fue martirizado), y fue obispo de Politiano.
- Leo Florentius (El león de Florencia) - Adriano VI (1522-1523). Pertenecía a la familia Florenz o Florent, cuyo escudo de armas contiene un león.
- Flos pilae aegrae (La flor de las columnas enfermas) - Clemente VII (1523-1534). Su escudo de armas incluía unas columnas y una flor de lis. Perteneciente a la familia Médici (médico), el periodo turbulento en que discurrió su papado invita a un juego de palabras sobre la enfermedad.
- Hyacinthus medicorum (El jacinto de los médicos) - Pablo III (1534-1549) fue el Papa del Concilio de Trento, que para los católicos "sanó" a la Iglesia. En su escudo de armas, dos flores de lis azules (también llamadas jacintos) y fue cardenal de San Cosme y San Damián, dos médicos mártires.
- De corona montana (De la corona del monte) - Julio III (1550- 1555). Bautizado Juan María del Monte, tenía dos coronas en su escudo.
- Frumentum floccidum (El trigo marchito) - Marcelo II (1555). Desarrolló una gran labor antes de ser Papa, pero estaba acabado físicamente y sólo vivió 22 días en la silla de Pedro. Su escudo de armas era de color trigueño.
- De fide Petri (De la fe de Pedro) - Pablo IV (1555-1559). Se llamaba Pedro Carafa (Carafa = fe).
- Aesculapii farmacum (El fármaco de Esculapio) - Pío IV (1559-1565). Pertenecía a la familia Médicis (juego de palabras: "médicos") y era médico de profesión (el dios clásico de la medicina es Esculapio).
- Angelus nemorosus (El angel de los bosques) - Pío V (1566-1572). Miguel Ghisleri (Miguel es el nombre de un ángel) nació en Bosco ("bosque") en Lombardía.
- Medium corpus pilarum (El cuerpo en medio de las columnas) - Gregorio XIII (1572-1585). En su escudo de armas, medio cuerpo de dragón. Fue nombrado cardenal por Pío IV, cuyo escudo contenía dos columnas.
- Axis in medietate signi (El hacha en medio del signo) - Sixto V (1585-1590). Su escudo de armas contenía un hacha cruzada con un león. El León es un signo del Zodiaco (Leo).
- De rore coeli (El rocío del cielo) - Urbano VII (1590). Arzobispo de Rossano (Ros significa "rocío"). Sólo vivió doce días en la silla de Pedro, tan breve como el rocío del cielo.
- Ex antiquitate urbis (De la antigüedad de la ciudad) - Gregorio XIV (1590-1591). Niccoló Sfondrati nació en la ciudad de Cremona, que fue una de las primeras colonias latinas del valle del Po, en el siglo III a.c.
- Pia civitas in bello (La villa piadosa en guerra) - Inocencio IX (1591). Originario de Bolonia, la villa piadosa en guerra durante las batallas por el control de los Estados Pontificios, tal y como la define el Abad de Noé.
- Crux romulea (La cruz romana) - Clemente VIII (1592-1605). Su escudo de armas contenía la triple cruz papal en disposición oblicua.
- Undosus vir (El varón ondulado) - León XI (1605). Se ha dicho que porque su pontificado fue tan breve "como una ola" (28 días). Es el tercer papado más breve de la historia(siendo el primero el de Urbano VII)
- Gens perversa (El pueblo perverso) - Pablo V (1605-1621). Se dice que porque tuvo que hacer frente a la herejía bohemia y la conversión de la Corona de Austria al protestantismo, pero hubo papas que tuvieron que hacer frente a herejías de mucho mayor calado. También se ha sugerido que se debe a su escudo, donde había un dragón y un águila, animales considerados por la gente como "crueles" o "perversos".
- In tribulatione pacis (En la tribulación de la paz) - Gregorio XV (1621-1623). Reconcilió al duque de Saboya con el Rey de España a costa de grandes esfuerzos.
- Lilium et rosa (El lirio y la rosa) - Urbano VIII (1623-1644). Una de las pocas profecías parecidas a las anteriores a 1595, aunque carente de la misma nitidez. Maffeo Barberini era de Florencia, cuyo símbolo es una flor de lis —que es la flor del lirio—, y su escudo de armas incorporaba abejas. Durante su pontificado hubo fuertes conflictos en Francia (cuyo símbolo es también la flor de lis) y en Inglaterra (cuyo símbolo es la rosa).
- Jucunditas crucis (La exaltación de la cruz) - Inocencio X (1644-1655). Al parecer, fue elegido al día siguiente al de la Exaltación de la Santa Cruz.
- Montium custos (El guardián de los montes) - Alejandro VII (1655-1667). De nuevo una profecía al estilo de las anteriores a 1595: en su escudo de armas había una estrella dominando unos montes.
- Sidus olorum (La estrella de los cisnes) - Clemente IX (1667-1669). Julio Rospigliosi nació cerca del río Stellata (stella = "estrella"). Parece ser que durante el cónclave ocupó la Cámara de los Cisnes del Vaticano, de donde salió como un "astro brillante".
- De flumine magno (Del gran río) - Clemente X (1670-1676). De Roma, como tantos otros, pero el día de su nacimiento el río Tíber venía muy crecido y al parecer produjo inundaciones.
- Bellua insatiabilis (La bestia insaciable) - Inocencio XI (1676-1689). En su escudo de armas había un león y un águila. Estuvo muy próximo al Cardenal Cibo (cibus = "comida"). Tuvo oscuros enfrentamientos con el Rey de Francia Luis XIV, considerado por sus enemigos "insaciable" por sus fastos excesivos.
- Pœnitentia gloriosa (La penitencia gloriosa) - Alejandro VIII (1689-1691) se llamaba Pedro (nombre del "gran arrepentido") y fue elegido el día de San Bruno ("ángel de la penitencia"). Forzó a los obispos de Luis XIV a arrepentirse de su Declaración del Clero de Francia.
- Rastrum in porta (El rastrillo en la puerta) - Inocencio XII (1691-1700). Otro de los lemas llamativos. Era originario de la casa de Pignatelli del Rastello (Rastello = "rastrillo") nacido a las puertas de Nápoles (esta parte ya es menos precisa).
- Flores circumdati (Flores rodeadas) - Clemente XI (1700-1721). Nació en Urbino, cuyas armas son una corona de flores.
- De bona religione (De la buena religión) - Inocencio XIII (1721-1724). De una familia romana, los Conti, que ha dado a la Iglesia siete Papas. Lema muy genérico y ambiguo, podría aplicarse a cualquier cosa en un pontificado.
- Miles in bello (El soldado en la guerra) - Benedicto XIII (1724-1730) tomó las armas durante el asedio de Aviñón, pero no es el primer ni el último Papa que fue soldado en algún momento de su vida.
- Columna excelsa (Columna excelsa) - Clemente XII (1730-1740). Debe referirse a su gran obra monumental de construccion durante su papado, realizando grandes obras y restauración de monumentos.
- Animal rurale (El animal rural) - Benedicto XIV (1740-1758). Nacido en Bolonia, por lo que no era de origen rural. Considerado un gran trabajador (¿un "animal de carga"?). Sin correlación clara.
- Rosa Umbriae (La rosa umbría) - Clemente XIII (1758-1769). Era ex-obispo de Padua, donde nació san Francisco de Asís, la rosa de la Umbría. Demasiado rebuscado. Se ha dicho también que Umbría es el nombre de una rosa que se da en Venecia entre otros lugares, y este Papa era veneciano.
- Visus velox (la visión perforante) —y no Ursus Velox (El oso veloz)— - Clemente XIV (1769-1774). Se dice que tenía un espíritu vivo y penetrante, sin mayor correlación. El error Ursus velox por Visus velox aparece por primera vez en la edición de Colonia de 1656 (que comenzó a dirigir, por cierto, Ciacconi antes de su muerte en 1599) y de ahí ha pasado a la mayoría de ediciones contemporáneas. Pero en el original de De Wyon se lee Visus velox y no Ursus velox.
- Peregrinus apostolicus (El peregrino apostólico) - Pío VI (1775-1799). Obligado a desplazarse de Roma a Valence (Francia). Durante un viaje apostólico a Austria usó la divisa Peregrinus apostolicus, Viennae, 1782 pero esto bien podría haber sido precisamente para ampararse en la Profecía de San Malaquías, ya entonces conocida extensivamente. También se dice que es por la longitud de su pontificado, pero aunque fue duradero, los ha habido mucho más prolongados (sin ir más lejos, el de Juan Pablo II).
- Aquila rapax (El águila rapaz) - Pío VII (1800-1823). Fue contemporáneo de Napoleón Bonaparte, un emperador expansionista cuyo símbolo era el águila y que le sometió a fuertes presiones. Pero no es el primer Papa que convive en la Historia con un emperador expansionista que use como símbolo el águila (emblema imperial por excelencia) y sufre presiones por parte del mismo.
- Canis et coluber (El perro y la serpiente) - León XII (1823-1829) condenó y mantuvo un estricto seguimiento de los movimientos liberales —particularmente francmasones y carbonarios— y de las sociedades bíblicas protestantes. Por eso se le considera un perro (un vigilante) contra las serpientes destructoras de la Iglesia. Muy rebuscado. Se ha dicho que había un perro y una serpiente en su escudo de armas, pero en realidad sólo portaba águila en campo de azur.
- Vir religiosus (El varón religioso) - Pío VIII (1829-1830). Muy ambiguo. Es aplicable a cualquer Papa y, en general, a cualquier hombre de fe firme.
- De balnes Etruriæ (De los baños de Etruria) - Gregorio XVI (1831-1846). Se ha dicho que fue toscano o etrusco, y que portaba las armas de Etruria. Ninguna de las dos cosas es cierta: era veneciano y en su escudo sólo portaba su divisa. Pero era miembro de la Orden camaldulense fundada en un lugar llamado Balneum (="baños") y luego Balni (mismo significado), en Etruria. Curioso, pero sin duda un tanto rebuscado.
- Crux de cruce (La cruz de las cruces) - Pío IX (1846-1878). El pontificado más duradero de la historia, considerado por algunos una cruz de la Cruz. Fue retenido en su palacio del Vaticano por el Rey de Saboya, que ostentaba también el título Rey de Jerusalén, donde Cristo fue crucificado. De nuevo demasiada ambigüedad a no ser que se considera que significa 'la cruz fue crucificada'. Es decir, el papa fue sometido por el poder político.
- Lumen in cælo (Luz en los Cielos) - León XIII (1878-1903). En su escudo de armas estableció un cometa sobre campo de azur. Sus muchas encíclicas se consideran por los católicos especialmente luminosas.
- Ignis Ardens (Fuego Ardiente) - Pío X (1903-1914). Nació en el día de San Dominico (4 de agosto) cuya orden tiene por escudo una antorcha encendida. 8 días después de su muerte dio inicio la Primera Guerra Mundial.
- Religio Depopulata (Religión Devastada) - Benedicto XV (1914-1922). Quizás uno de los lemas más extraordinarios. Durante el pontificado de Benedicto XV ocurrió la Revolución rusa de 1917 que implantaría el ateísmo en Rusia y luego en numerosos países; y también la Primera Guerra Mundial donde murieron millones de católicos.
- Fides Intrepida (Fe Intrépida) - Pío XI (1922-1939). Demasiado ambiguo. Durante su pontificado se crearon las misiones y Acción Católica, que se tienden a considerar muestras de "fe intrépida". Poco concluyente.
- Pastor Angelicus (El Pastor Angélico) - Pío XII (1939-1958) ha sido muy criticado por su actitud ante el nazismo, mucho más pasiva (se ha especulado que tal vez por su propia conveniencia) en comparación con la que adoptó, por ejemplo, ante el comunismo o el liberalismo. Firme creyente en la Profecía de San Malaquías, hizo filmar una película sobre sí mismo titulada Pastor angelicus. Se le conoce por su ascetismo y por ser hombre muy piadoso, pero no es posible establecer correlaciones más nítidas. A no ser que se recuerde su famosísima imagen de sí mismo tratando de confortar al pueblo de Roma tras un bombardeo en guerra.
- Pastor et nauta (Pastor y navegante) - Juan XXIII (1958-1963). Fue Patriarca de Venecia. El Papa del Concilio Vaticano II.
- Flos florum (Flor de las flores) - Pablo VI (1963-1978). Sus armas eran tres flores de lis, considerada la flor de las flores, pero pudo elegir este escudo precisamente por la Profecía. En todo caso era nativo de Florencia, cuyo símbolo es una flor de lis.
- De Medietate Lunæ (De la Mitad de la Luna) - Juan Pablo I (1978). Nacido cerca de Belluno (Bel-luno, luna bella). Su nombre era Albino Luciani (luz blanca, lo que sugiere la luz lunar). Su pontificado duró sólo 33 días.
- De Labore Solis (De la labor del Sol) - Juan Pablo II (1978-2005). Nació en Polonia, siendo el único papa proveniente de un país de la Europa oriental. Durante su pontificado cientos de viajes por todo el mundo -recordemos que en los tiempos de San Malaquías la creencia común era que el sol giraba, es decir, viajaba, en torno a la tierra, y no al contario-, recibiendo por ello el apelativo de "el papa viajero". También nació un día de eclipse de sol y su funeral se realizó mientras se producía un eclipse solar.
- De Gloria Olivæ (De la Gloria del Olivo) - Benedicto XVI (2005- ). Nació un Sábado de Gloria, último sábado antes de Semana Santa (por la cual se realiza la Cuaresma, que se inicia el Domingo de Ramos (de olivo). Por otro lado, la orden benedictina recibe el apelativo tradicional de "olivetana".
- Petrus Romanus (Pedro el Romano). «Durante la prosecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará. Pedro el Romano, quien alimentará a su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas [Roma] será destruida y el Juez Terrible juzgará a su pueblo. Fin.»

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IMAGEN 1

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Me pareció muy buena. ¿Qué opinan?



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DESCANSA... ¿EN PAZ? (parte 3)

Y sigue el tema de la repatriación de los restos de Jorge Luis Borges
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Si bien la diputada por el Frente para la Victoria, María Beatriz Lenz, ya afirmó que no iba a presentar el proyecto para la repatriación de los restos de Jorge Luis Borges, todavía siguen apareciendo noticias al respecto. Esta semana, La Nación publicó una nota en la que se cita una carta de Borges que habla sobre sus deseos de vivir en Suiza. La carta en cuestión está fechada el 6 de mayo de 1986 y fue difundida el 21 del mismo mes por la agencia EFE, semanas antes de la muerte de Borges. En ella, el escritor afirma que quiere escapar de los periodistas y que aspira a la invisibilidad. Además, pide que se respeten sus deseos.

Esta carta, redactada a máquina y firmada de puño y letra por el mismo Borges, intentaría cerrar la polémica (en el caso de que alguien estuviese interesado en seguirla) en torno a los deseos del escritor sobre el destino de sus restos.

A continuación reproduzco la carta:


Ginebra, 6 de mayo de 1986

Queridos amigos de la Agencia E.F.E:

Les envío estas líneas para que las publiquen donde quieran. Lo hago para terminar de una vez por todas con el asedio de los periodistas y con las llamadas y las preguntas de las que estoy cansado.

Soy un hombre libre. He resuelto quedarme en Ginebra, porque Ginebra corresponde a los años más felices de mi vida. Mi Buenos Aires sigue siendo el de las guitarras, el de las milongas, el de los aljibes, el de los patios. Nada de eso existe ahora. Es una gran ciudad como tantas otras. En Ginebra me siento misteriosamente feliz. Eso nada tiene que ver con el culto de mis mayores y con el esencial amor a la patria. Me parece extraño que alguien no comprenda y respete esta decisión de un hombre que ha tomado, como cierto personaje de Wells, la determinación de ser un hombre invisible.

Con todo aprecio se despide de ustedes

(Firma)
Jorge Luis Borges.


No quiero ser malediciente, ni mucho menos cínico, pero me pregunto si habría que enseñarles a las personas (al menos a algunas de ellas) a leer. ¿No se dan cuenta de que en la carta Borges habla sobre sus deseos de vivir y no de permanecer enterrado? Es evidente que si menciona el asedio de los periodistas está hablando de vivir tranquilo. ¿Tenemos que rehusar atender a los textos que hablan sobre sus deseos de descanso eterno (ya citados en la Parte 1 y 2 de este post) por esta carta que no habla de ellos?
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