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4 de noviembre de 2010

EL JUEGO DEL MIEDO VII: un balance

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         En un post anterior (EL JUEGO DEL MIEDO VI: terror con contenido) defendí la calidad y la complejidad de esta saga. Lo que dije entonces se puede aplicar a El juego del miedo VII (Saw VII), por lo que no voy a incurrir en repeticiones tediosas e innecesarias. Lo que me gustaría hacer es un balance, con el fin de reflexionar sobre lo bueno y lo malo de esta nueva entrega que, curiosamente, se estrenó en formato 3D y es presentada como el «capítulo final» de la historia.

         Lo bueno: La calidad del argumento se mantiene. Todavía seguimos enterándonos de cosas que ocurrieron en El juego del miedo I. El símbolo de Jigsaw, el rompecabezas, se deja ver en la forma intrincada en que se presentan los acontecimientos. Nuestra mente es apelada una y otra vez y nuestra memoria puesta a prueba. El final continúa cumpliendo con las expectativas de los seguidores, reservando nuevas sorpresas. Además, los juegos siguen estremeciendo y la sangre (para los que gustan del género gore) llega hasta las butacas.

         Es indudable que estamos frente a un caso raro en la historia de Hollywood. El juego del miedo es una película (y referirme a las siete películas como si fueran una sola no es casual) que incomoda e, incluso, puede llegar a fastidiar. No basta con ir y sentarse en el cine, mirar la pantalla, gritar un poco y volver a casa. Hace falta un esfuerzo extra para reconstruir la historia y reconocer las alusiones. Incluso, recomendaría ver las seis películas anteriores antes de ver esta última. Por esto mismo, muchas personas me dijeron que no iban a ir a verla, aduciendo que le habían «perdido el rastro». Algunos se rindieron en la quinta, otros en la cuarta y otros ni siquiera llegaron a la tercera. No es fácil seguir la saga, y en un mercado saturado por lo sencillo y lo predecible, destaco y valoro que se apueste por lo intrincado, aun a costa de cierto rédito.

         Mi humilde opinión es que estamos frente a la mejor saga de la historia del cine. ¿No será mucho? Puede ser, pero que alguien me diga de una saga que lleva siete películas y que todavía tiene cosas que decir sobre su propia historia.

         Lo malo: La filosofía de Jigsaw ya no ocupa un lugar protagónico, como sí lo hizo en las primeras películas. Desde la muerte de Kramer, los juegos se fueron convirtiendo más en un instrumento de castigo que de concientización, y la venganza (completamente ausente antes) va ganando terreno. Claro, ninguno de los sucesores de Kramer le llega a los talones, por lo que esta variación en las intenciones no tiene por qué ser vista de manera negativa. De cualquier forma, se extraña la justificación pseudofilosófica que le da a la sangre un estatuto de verdad.

         La película se estrenó en formato 3D, lo que fue un gran error. Primero, se hace un uso bastante elemental de la tercera dimensión (apenas hay un puñado de escenas que la justifican, e incluso éstas no son del todo «impresionantes», que es lo que se espera), y segundo, genera expectativas innecesarias. Recuerdo que al lado mío había una pareja de jóvenes, y cuando la película terminó se fueron quejándose por las pocas escenas espectaculares. Hay dos cosas buenas en las películas de El juego del miedo: una son los juegos y la otra (y yo diría principalmente) el argumento. Cumpliendo con estos dos puntos (y todas las películas los cumplen), no hay necesidad de una tercera dimensión. En este caso, resta, no suma.

         Hay otra cosa que impugnaría: cierta forma desleal de buscar la sorpresa. Muchos de los datos que se nos dan en las últimas películas deberían haber sido expuestos en las primeras. No voy a decir exactamente cuáles, ya que no quiero arruinarle la sorpresa a nadie, pero digamos que si el príncipe azul es también el malvado ogro, y este ogro se muestra a cara descubierta ante el resto de los personajes, entonces el espectador tiene todo el derecho de ver también ese rostro. Lo que no es secreto para los personajes principales no debería ser secreto para los espectadores. Entiendo que es una saga larga y que muchos datos fueron concebidos a medida que las películas se fueron sucediendo, pero me quedo con la mente tranquila al haber hecho mi pequeña objeción (que por otra parte no afecta mi valoración de la saga).

         Balance: Si no vieron las seis anteriores véanlas y vayan a ver la VII. De lo contrario, se perderán de algo que, hoy por hoy, es tan raro como un buzón en una esquina: una película que busca originalidad y complejidad al mismo tiempo. Y si no quieren gastar mucha plata, véanla en formato común, que la tercera dimensión, al menos en este caso, no es más que un triste recurso para ganar unos pesos extra.

        Y ante la pregunta de si realmente será «el capítulo final»… Honestamente espero que sí, aunque a decir verdad no lo creo.


Ficha técnica:
Título original: Saw 3D: The Final Chapter (Saw VII)
Año: 2010
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Kevin Greutert
Guión: Marcus Dunstan, Patrick Melton
Reparto: Tobin Bell, Costas Mandylor, Betsy Russell, Sean Patrick Flanery, Cary Elwes
Productora: Lionsgate Films / Twisted Pictures


1 comentario:

  1. Espero me disculpés por venir a tu blog solo a diferir, jaja. Pero en fin, voy con mi punto.

    ADVERTENCIA: quien no haya visto las películas y no quiere sorpresas arruinadas, NO LEA MI COMENTARIO.

    Saw siempre me ha enganchado, pero para mí desde la tercera película cada una ha sido un intento desesperado por alargar la saga de la manera más absurda y forzada con tal de obtener más ganancias. La primera me pareció genial, muy bien narrada y con giros en la trama de verdad sorprendentes. La segunda igual: el final me provocó una risa nerviosa que me duró como una hora y no porque me hiciera gracia lo que pasó, sino porque no podía creerlo y la emoción se me manifestó en esa risa incontrolable.

    Pero a partir de la tercera todo fue de mal en peor. Todavía la propia 3 es interesante, pero el juego con el tipo que tiene que decidir a quiénes salva no me gustó tanto como los anteriores. Así mismo, matar en la misma película a Jigsaw y a Amanda me pareció el error garrafal de la saga. Eso dejó el panorama completamente vacío y hubo que inventarse a alguien, el agente Hoffman, para que continuara con el asunto. No se me olvida el comentario del amigo con quien vi la 4: Y ¿ese de dónde salió? Ese es precisamente el detalle. Hoffman no se había visto nunca, no teníamos ni idea de que existía, y de pronto resulta que él estaba en todo desde el principio ¿A qué me lleva todo esto? A pensar que Saw no es una película en siete partes como vos decís, sino una buena idea que pudo dar, tal vez, una excelente trilogía, pero que fue extendida hasta más allá de lo coherente para sacarle todo el provecho posible.

    Los argumentos se notan demasiado forzados, y las escenas que supuestamente complementan lo que pasó en las primeras películas pretenden (sin lograrlo)justificar el hecho injustificable de que la saga se haya alargado tanto. No hay una motivación real para hacer tantas películas, siento que eso salta a la vista. Cada guión fue siendo elaborado al constatar que la anterior había tenido éxito, por lo que valía la pena arriesgarse a hacer otra.

    En fin, no me voy a extender, solo quería mostrar mi opinión sobre esta saga que, aunque me merece esa opinión negativa, me ha mantenido pendiente de las reflexiones que plantea. Ejemplo: la trampa de cinco personas en la quinta película. Me resultó muy impactante que al final todos pudieran haberse salvado y que por egoísmo nadie ni siquiera pensara en eso. Muy bueno.

    Un saludo Lucas.

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