Día a día, mucho más en Facebook

4 de junio de 2012

FRÍO, de Rafael Pinedo

..
.

«Y supo que el Diablo no era el dueño del fuego, no quemaba a sus víctimas pecadoras: las congelaba.»

          De repente (no sabemos en qué fecha con exactitud), una ola de frío azota la región (no sabemos cuál) y obliga a la población a abandonar sus hogares en dirección al Norte, en busca de calor. En este contexto, una mujer (de la que no se nos dice ni su nombre ni su edad) decide permanecer en la escuela/convento en que vive y trabaja. Todas sus compañeras, alumnas y demás personas del convento (entre ellas la Madre Superiora y el portero) se van, mientras que ella, escabulléndose entre las sombras, se queda, sola. Entonces empieza su supervivencia, su lucha diaria contra el frío, las ratas y los intrusos (animales o humanos) que, de vez en cuando, aparecen por ahí.

          No hay tiempo para aburrirse cuando el frío puede matarnos en cualquier momento. Por esto mismo no se puede bajar la guardia, como lo sabe muy bien la protagonista, que, a pesar de la angustia que la invade, no se permite llorar con lágrimas, para que éstas no se le congelen ni bien broten de sus ojos y le revienten así los lacrimales. Tampoco reza arrodillada, para que el suelo helado no le congele las rodillas. Pero no sólo el frío es aquí una amenaza, también lo son los animales salvajes (como en un principio las ratas, que más tarde se convertirán en sus «Hermanas en Cristo», o el puma, que amenaza su vida comiéndose su comida) o las otras personas que, ya sin ley ni moral, irrumpen en la tranquilidad del convento. Y no hay que olvidar el pecado. Para una mujer educada en un convento bajo la guía de la Madre Superiora, quedarse sola implicará tanto encontrarse con una naturaleza externa adversa como con una naturaleza interna desconocida e irreconocible. En plena soledad y aislamiento, las nociones de lo que es bueno y de lo que es malo, de lo que es virtud y de lo que es falta, pueden confundirse. Y de hecho, se confunden.

          Frío es la segunda novela de Rafael Pinedo, autor que ya nos ha cautivado y sorprendido con Plop, una de las mejores novelas de la literatura argentina contemporánea. Tanto en una como en otra, Pinedo hace uso de un lenguaje conciso, contundente, que da forma a un mundo en decadencia, ya destruido. La brevedad de los capítulos, en vez de fragmentar la historia, obliga al lector a seguir leyéndola, impulsándolo a terminar el libro, de ser posible, de una sola sentada.

         Pinedo sólo escribió tres novelas antes de su fallecimiento en 2006. Durante varios años, y gracias a la editorial Interzona, pudimos leer la primera de ellas, Plop. Ahora, la editorial española Salto de Página, además de reeditar la ya mencionada Plop, publicó las otras dos novelas, Frío y Subte. Sin lugar a dudas, con estas publicaciones se salda una deuda con la literatura.

          En términos de cantidad, es poco lo que nos dejó Pinedo. En términos de calidad, mucho. Sólo queda leerlo y recomendarlo. Es lo que yo hago.


.
*** Sobre el autor: Rafael Pinedo nació en Buenos Aires en 1954 y falleció en la misma ciudad en 2006. Se licenció de computador científico por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y ejerció la profesión informática. Durante un tiempo fue actor de teatro. A los dieciocho años quemó todos los cuentos que había escrito desde la infancia y sólo a los cuarenta volvió a escribir. Además del Premio Casa de las Américas de Novela, que obtuvo en 2002 con su novela Plop, ha sido finalista y obtenido menciones en diversos concursos de Latinoamérica y España. Frío fue finalista del Premio Planeta Argentina en 2004.

- Pinedo, Rafael. Frío. Madrid, Salto de Página, 2011.


  • Más sobre Rafael Pinedo en El lugar de lo fantástico:

- PLOP, de Rafael Pinedo (aquí).

.
.

1 comentario:

  1. Interesante comentario:

    Ya leí Plop hace un poco más de un año, y en 2013 creo que leeré Frío.

    Saludos

    ResponderEliminar