Me gustaría hablarles de Snuff, una película que sorprende por lo mala que es. Si bien se trata de una producción underground, por lo que se espera poca calidad y bajo presupuesto, nada justifica un guion tan incoherente, unas actuaciones tan ridículas y una dirección tan mala. Incluso, dado que los actores no hablaban en inglés, se agregó el sonido posteriormente, dándole al resultado final una atmósfera surrealista en la que las palabras oídas por el espectador no coinciden con las modulaciones y expresiones de los actores. Y así y todo, la película sobrevive. Su existencia como film de culto es indudable y no faltan los epígonos dispuestos a defenderla.
Por un lado, vemos a un grupo de motoqueras hippies
lideradas por un hombre al que llaman «Satán», que van por ahí, drogas y escasa
ropa mediante, cometiendo todo tipo de crímenes. La promiscuidad, el
sadomasoquismo y una poco clara visión mesiánica del líder conforman la razón
de ser de esta secta. Por otro parte, tenemos a una joven actriz llamada Terry
London, que llega a la Argentina (donde transcurre la historia) con la
intención de protagonizar una película. De una manera bastante confusa, podemos
reconstruir que esta actriz sale con Horst Frank, un muchacho adinerado que, a
su vez, tiene una relación con una mujer del grupo de Satán, Angellica, a quien
echa para formalizar su noviazgo con Terry. La secta, entonces, se propone
terminar con la vida del director de la película, la del joven Frank, la de su
padre y, por supuesto, la de Terry London. La llegada de una nueva era se deja
entrever entre las palabras de Satán, pero nunca queda claro cuál es su verdadero
objetivo. Finalmente, la película toma un giro y, en los últimos minutos, nos muestra
que todo fue parte de un film y que estamos ante el recurso de «una película
dentro de una película». Esta última escena (filmada tiempo después y con
actores que no aparecen antes) es lo más interesante de la cinta, ya que
intenta hacernos creer que se produce un asesinato real frente a la cámara.
Claro, las malas actuaciones y los efectos especiales paupérrimos impiden que
podamos tomarla en serio.
La película fue filmada en 1971 con el nombre Slaughter y bajo la dirección de Michael
Findlay y el argentino Horacio Fredriksson. En 1976, el productor Allan
Shackleton decidió agregarle la última escena (dirigida por Simon Nuchtern) y
estrenarla con el nombre de Snuff. Para
generar notoriedad, los productores realizaron (ellos mismos) una campaña de
difamación, enviando cartas con protestas a distintos medios de comunicación y
contratando a personas para que se movilizaran frente a los cines en reclamo
por el nivel de violencia que se puede ver en el film. Además, se acompañó el
estreno con frases como «El film que sólo
pudo hacerse en Sudamérica… donde la Vida es Barata» o «La película que dijeron que NUNCA podría
exhibirse…». Hasta tal punto llegó la polémica que se abrió una
investigación, la actriz involucrada en la escena final tuvo que declarar que
estaba viva y los productores debieron incluir en los títulos la aclaración de
que todo era ficción. Finalmente, se descubrió el engaño publicitario.
Como dije en un comienzo, Snuff es una película muy mala, pero que goza de una popularidad
que el tiempo no logra degastar. De hecho, la expresión «snuff» para referirse
a films en los que se cometen torturas y asesinatos reales le
debe a esta cinta su consolidación como expresión ampliamente utilizada. La
película también se conoció con el nombre de El Angel de la Muerte o, en
EE.UU, American Cannibale.
Por mi parte, no voy a decir que no la vean. Si lo que
buscan es una historia interesante y bien contada, de seguro van a quedar
defraudados. Pero si lo que quieren es pasar un buen rato, entonces ésta es una
buena opción para matarse de risa con unos cuantos amigos. En definitiva, incluso
las malas películas (a veces principalmente
las malas películas) nos dan buenos momentos.
***
Título original: Snuff
Año: 1976
Duración: 76
min.
País: Argentina y EE.UU.
Dirección: Michael
Findlay, Horacio Fredriksson y Simon Nuchtern
Guion: Michael
Findlay, Roberta Findlay
Música: Rick
Howard
Fotografía: Roberta Findlay
Reparto: Liliana
Fernández Blanco, Ana Carro, Alfredo Iglesias, Clao Villanueva, Michael
Findlay, Mirtha Massa, Roberta Findlay, Aldo Mayo
Productora: August Films, Selected Pictures
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