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19 de enero de 2009

¿LA PELÍCULA O EL LIBRO?

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       Siempre la misma pregunta y casi siempre la misma respuesta: el libro. Para los que gustamos de la lectura, la pregunta, incluso, suele estar de más. Siempre preferimos los libros, salvo alguna que otra excepción (tal vez el caso de Psicosis sea el más paradigmático). La cuestión es que ante la pregunta «¿la película o el libro?» aquella siempre sale perdiendo… en teoría.

       Discutir la transposición de un libro a una película siguiendo un patrón comparativo es, siempre, un error. Las películas tienen una lógica de género que no es la misma que la del libro. Por eso compararlas no es el camino, sino que habría que analizarlas según su lógica y ver lo bueno o malo que hay en ellas. ¿Y entonces? Entonces, que los que gusten de leer, lean; y los que gusten del cine, vayan a él; y los que gusten de ambas cosas… ahí simplemente se trata de elegir. Pero hay otra cuestión, una cuestión que nos lleva, nos guste o no, a comparar: en general, una vez que se ha visto una película se pierde el interés de leer el libro. Sé que muchos me dirán que me equivoco, pero los números muestran que la gran mayoría que se sentía interesada en leer El código Da Vinci abandonó esa idea después de haber visto la película. No importa que la novela de Dan Brown fuera superior a la película; no importa que las personas supieran eso; después de haber visto la película ya no valía la pena el esfuerzo de leer el libro. Por eso la comparación no siempre es odiosa, ya que en este caso estaría motivada por una competencia que, aunque solapada y muchas veces negada, existe y prevalece.

       Es que hay una realidad: no podemos leer todos los libros que quisiéramos. Esto es un hecho, y como dice Serrat: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». No hay remedio, algunos quisiéramos leer más de lo que leemos, pero el tiempo es limitado y los días no tienen más de veinticuatro horas. Mientras que ver una película nos consume una hora y media de nuestras vidas, tal vez dos, un libro implica un esfuerzo continuo de varios días. Por eso, a veces decidir entre la literatura y el cine es difícil, y una vez que se ha visto la película, ¿para qué pasar días leyendo un libro cuya historia (al menos en lo más esencial) se conoce, si se puede leer algo que sea completamente nuevo? Si para los que disfrutamos de la lectura la decisión a veces es difícil, para aquellos que no les gusta leer la decisión ya está dada.

        Creo pertinente dar un ejemplo, y el primero que se me ocurre es el de Stephen King. Me declaro admirador de él y disfruto mucho de sus libros. Cada vez que se estrena una película basada en una novela suya tengo la misma duda: ¿voy a verla o espero a poder leer el libro? Y bueno, a veces tomo una decisión y a veces otra (es que tiene muchos libros, y mi paciencia no siempre es de las más templadas). Una cosa es segura, en todos lo casos en que hice las dos cosas (leer el libro y ver la película), sin importar el orden en que lo haya hecho, siempre ha ganado el libro. La última vez ocurrió fue con It. Después de años y años de ver la película, me decidí a leer ese mamotreto de mil páginas. Por suerte lo hice, ya que la historia es increíblemente más compleja que en la película. En el libro se puede ver toda una cosmogonía que indaga sobre el origen de Eso y del Universo, junto con una exploración del mundo infantil que por momentos nos hace preguntar cómo un adulto puede percibir con tanta claridad los pensamientos y sentimientos de los niños. La película está buena e hicieron lo que pudieron, pero la simplificación de la historia hace que nunca quede en claro quién o qué es el payaso y por qué al final aparece convertido en una especie de bicho. En el libro todo es más claro a la vez que complejo, y la razón de ello es sencilla: la literatura permite una complejidad que el cine no, por simple cuestión de espacio. Condensar las mil páginas de It en una película es imposible, tal vez fueran necesarias varias temporadas de una serie o tal vez simplemente no se pueda hacer. El hecho es que no se hizo.

       Como conclusión, la popular frase: los libros son «mejores» que las películas. Hasta aquí no creo que nadie vaya a discutirme (tal vez estudiantes o críticos de cine), pero lo que me llama poderosamente la atención es la poca correspondencia con la cuestión del género. Muchos dicen que los libros son mejores, pero pocos son los que los prefieren. No es una novedad que cada vez se lee menos. La literatura está más desplazada que antes, nos guste o no. Si no me creen, hagan una encuesta en su círculo íntimo y pregunten cuántas películas se vieron en lo que va del año y cuántos libros se leyeron. O mejor aún, pregunten cuánto tiempo se le dedicó a una y otra cosa. Pero en fin, las comparaciones son y siempre serán impugnables, pero algo hay en la literatura y en el cine que permite e incentiva la comparación, cosa que no ocurre con otras artes (nadie compararía una película con una canción o una pintura). De todas maneras, una cosa es segura: el libro siempre es mejor, aunque siempre salga perdiendo.

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5 comentarios:

  1. quiza me vaya un poco (o definitivamente) de tema, yo soy uno de los que prefiero el cine dado que siento culpa por todo lo que no lei todavia y de leer algo preferiria que sea totalmente nuevo. Es verdad que conozco poca gente que lea mucho, pero lo que si puedo notar, es que esa gente en general, se cree "superior" o con mas autoridad para discutir sobre cualquier cosa.
    Particularmente soy uno de los tantos que me gustaria poder leer mas, pero intentando entender por que pasa lo que pasa con los libros creo que es bastante evidente que mi generacion tiene un sin fin de actividades que anteriores no tenian:
    Cuantos de nuestros padres iban al psicologo? cuantos iban al gimnasio o practicaban regularmente una actividad deportiva? cuantos de niños hicieron artes marciales? cuantos "estudiaron" musica o danzas? cuantos cines habian? cuantos estudiaban idiomas? cuantos iban a la universidad? cuantos aprendian tecnologias como informatica? y que hay de nuestros abuelos? ni siquiera tenian opciones. Esas generaciones que "leian mas" fueron mejores que estas? eran mas capaces? sabian mas?
    No hay acaso mas estimulos hoy en dia? Es acaso malo lo que nos ha ocurrido? Un niño de hoy no se puede defender mucho mas de lo que se podia en tiempos anteriores?

    Por que la mayoria de la gente que lee mucho se cree iluminada o peca de soberbia tildando a los demas como ignorantes? Por que, como es mi caso (estudie Ingenieria), a mi no se me genera la duda de cuestionar a la gente que no sabe dividir sin calculadora, solucionar ecuaciones simples o usar la pc?
    por que no ando por la vida creyendome un iluminado y tratando de ignorantes a los demas?
    Doy testimonio fehaciente que soy de un integrante de la generacion que lee poco y que seguramente deberia leer mas, pero entiendo porque hoy en dia se elije el cine y no estoy totalmente seguro de que una cosa este mal y la otra bien, como dijo Lucas lo mejor seria un equilibrio, aunque hoy en dia hay muchas cosas para poner en la "balanza del equilibrio".

    PD: solo para no tener una vision pesimista del cine vs el libro: No hizo que se leyeran mucho mas Harry potter, El señor de los anillos, etc despues de las peliculas?

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  2. Lucas, te estas volviendo lectura (y escritura) obligada de las noches. Poco a poco me voy limpiando de Tinelli.
    Creo que la razón te da la mano. Siempre el libro es mejor, y te lo dice quien leyó y vio "Congo" de Michael Crichton, y ambas fueron malas. Pero la película fue peor. Lo que no puedo compartir es la opinión de Juan.
    No creo que las generaciones anteriores hicieran menos cosas que las presentes. Me figuré a mi padre haciendo natación, tiro, futbol, facultad, noviazgo. Me recordé a mi abuelo haciendo esas mismas, más remo, aviación. Recordé a mi otro abuelo haciendo una guerra. Y allí se hacen muchas cosas. Pero muchas. Me recordé el mundo un poco más atrás y vi un Augusto a los 20 años gobernando Roma y a los 30 tener el poder absoluto renunciando al placer de Cleopatra.
    Yo me rememoro no tan activo, pero sí algo inquieto hasta la aparición del Family Game y de que el porton de casa se cerrara en Carnaval "por si las dudas". Será cuestión de ver que hace esta generación.
    Ahora bien, con respecto a la lectura... Creo sí que hay "iluminados" y sólo lo pueden ser quienes acceden a esos pocos libros que iluminan entre las sombras de un "Yo Cumbio". Tal vez La Divina Comedia o el el Quijote, a los cuales aún no pude acceder pero de los cuales algo sé por mi padre y mi abuela, que los leyeron en sus arcaicos colegios. Sin embargo ¿Esta luz los hace soberbios? ¿Nacen estos soberbios del delicioso mundo encerrado entre Alfa y Omega? ¡Ay, Soberbia, raiz de todos los males del mundo! ¡Cuán peor estaríamos si creyeramos que son esas luces las que te alimentan y no tu insaciable apetito de vos misma! Por suerte nos diste en este pais a un hijo tuyo, cuyo mejor talento fue hacer un gol con la mano y hablar de sí en tercera persona, que no duda en compararse Zeus. ¿Hubiera sido menos soberbio si hubiera leído algo? ¿No lo sería Jorge Asís de no haber leído? Da igual. La soberbia pesca pelotudos, y en este mundo siempre hay pique.

    Donde sí debo dar la razón es en la afirmación de que mucha gente se ha acercado a Tolkien después de "El Señor de los Anillos". Gracias a Dios la dirigió Peter Jackson y no Kubrick, quien pretendía a los Beatles como actores. Gracias Tolkien por no permitirlo!
    Tambien mucha gente se interesó por los libros de Harry Potter. Seguramente unos y otros estará sugiriendo a sus cercanos: leéte el libro, es muuuucho mejor...

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  3. Mariano, solo una duda, cuando te recordaste a Augusto gobernando Roma o a tu Padre haciendo natacion, futbol y facultad, pensas que eran fieles representantes del comun de sus generaciones? o en realidad son solos casos puntuales para defender la posicion de "todo pasado fue mejor"?
    Si bien me fui de tema en mi primer comentario, lo que queria contar, era que en otras epocas los entretenimientos estaban mucho pero mucho mas limitados a la lectura. De hecho, como dijo Lucas en su post, ahora hay tantas cosas para hacer, que a uno luego de ver la pelicula le cuesta invertir el tiempo en el libro.
    Por otro lado con respecto a la soberbia intelectual, y a los comentarios de la limpieza de Tinelli y Maradona, no creo que sea el caso de Mariano, pero me es sorprendentemente increible como los "intelectuales" se sienten en la obligacion de tomar una posicion negativa a todo lo popular. Cuanto faltara para que esten en contra del asado y la polenta?

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  4. Juan: Interesante tu planteo. Aunque debo confesar que no creo que le quepa a Augusto ser "El Representante" de la Ciudad Eterna. También están los Vitrubios, los Cicerónes, los Sénecas, y porque no también los Espartacos. Claro que seguramente éstos últimos no leerían. Aunque aquella glorosia ciudad, que no ha escatimado en sus obras de ingeniería, nos ha dado grandes representantes que merecen ser recordados más de dos mil años después. Lamento que mi padre no sea ajemplo y solo perdure en un par de generaciones en un entorno en extremo reducido.
    Y sin duda debo reconocer que yo hoy día también me entrego a incontables actividades. Sin ir mas lejos este fin de semana jugué al futbol, hice boxeo, bowling y otras delicias a traves de un Joystik en ese elixir de la modernidad llamado PlayStation que tanto admiramos las masas populares (seguramente mucho menos que el asado pero indudablemente más que la polenta).
    No puedo negarte la razón absoluta en tu afirmación que la soberbia intelectual le corresponde a los intelectuales. Sería extraño ver al mesías de Villa Fiorito ostentar esta cualidad... quizá le corresponda una soberbia de la gambeta, o una soberbia de las frases célebres, o una soberbia de lo cotidiano, o talvez todas juntas. Pero, claro está, no le pertenece aquella "intelectual".
    Y es doblemente cierto que es penoso ver a los intelectuales oponerse a lo popular. Al fin y al cabo, como decía San Agustín, las verdades más profundas son fáciles de decir. Aunque es igual de cierto que no dijo que las cosas por fáciles se volvían verdaderas. ¡Ay, lógica, como nos engañas con tus silogismos!
    Y en honor a tu caballerosidad, debo agradecerte la exclusión que hiciste de mi persona del grupo de intelectuales. Desde ya no pertenezco, y por mucho, a ese selecto Club. Allí solo entran personas verdaderamente leídas. Y espero que cultiven allí dentro la humildad y la sabiduría. ¿Quien sabe? Quizá se cumpla algún día el sueño de Platón y nos gobierne un Rey Filósofo. Mientras tanto adoptemos con gracia los reyes que eligimos las masas populares, y exijamos, gritemos y luchemos porque el asado y la polenta sigan en su justo precio. Y por el diego a la seleccion, que al fin y al cabo, tiempo pasado: mejor.

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  5. Creo que a esta altura habría que cambiar el título del post. Tendría que llamarse: "¿Juan o Mariano?".
    Saludos.
    Ricardo.

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