Los seguidores del cine de terror de seguro recordarán (y valorarán) a Sam Raimi más por la trilogía The Evil Dead (Diabólico, Noche alucinante y El ejército de las tinieblas) que por películas como Spiderman (cualquiera de ellas). Es que, sin negar el talento de Raimi en todo lo que hace, hay que admitir que a él le va bien el género de terror. Y, en este momento, tenemos la posibilidad de disfrutar de la película Arrástrame al infierno (Drag me to Hell), en la que se desempeña como director y guionista (el guión es suyo y de Ivan Raimi). El film cuenta la historia de Christine Brown, una joven que desea progresar en su trabajo. Hija de una mujer alcohólica, Christine busca ganarse el respeto y la valoración que por muchos lados se le ve negada. Dado que trabaja en un banco, su posibilidad de ascenso está relacionada con su capacidad de tomar «decisiones difíciles», que no siempre van de la mano con la moral y las buenas costumbres. Christine, que no es una mala chica (eso queda claro), toma una decisión mala: le niega a la anciana Ganush una prórroga en el pago de su hipoteca, haciéndole perder la casa. El problema es que la anciana es una gitana que termina por enviarle una maldición: a los tres días un demonio vendrá por ella para arrastrarla al Infierno. Desde ese momento, Christine, con la ayuda de su novio (en un comienzo escéptico) y de un joven vidente, intentará revertir la maldición y salvarse de una eternidad rodeada de fuego.
La película nos muestra cómo la vida puede descarrilarse en cualquier momento. Aunque tengamos un buen trabajo, una pareja comprensible y atenta, aunque estemos enamorados y seamos completamente sanos, todo puede, de un segundo para otro, irse al infierno. Pero no gratuitamente, por supuesto. El tinte moral viene dado por el hecho de que son nuestras propias decisiones y acciones las que determinan que todo se derrumbe. Así, Christine podrá admitir que se equivocó, pero no podrá decir que ella no es la responsable de lo que le está pasando.
El talento de Raimi se ve confirmado. La película es divertida, repugnante y estremecedora, y posee además una gran calidad visual. En resumen, lo tiene todo y no le falta nada. Es una prueba contundente de que el cine bizarro es un género y no una condición forzada por las circunstancias, que puede existir aún allí donde hay dinero y recursos.
Ficha técnica:
Título original: Drag
Me To Hell
Año: 2009
Duración: 96 min.
País: Estados Unidos
Director: Sam Raimi
Guión: Sam Raimi y Ivan Raimi
Reparto: Alison
Lohman, Justin Long, Lorna Raver, David Paymer
Productora: Universal Pictures / Ghost House
Pictures / Mandate Pictures
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