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La vida se me presenta absurda. ¿Para qué tanto esfuerzo si somos tan fugaces? Como el sabio del Eclesiastés, no puedo evitar mirar hacia el pasado y ver la gran vanidad de las cosas. ¿Por qué el ser humano se preguntó, a lo largo de la historia, sobre el sentido de la vida si éste es tan evidente? ¿No es acaso (o al menos debería ser) la felicidad el sentido de toda existencia humana? El resto no es más que ilusión. El problema es que el hombre, en general, no se resigna a lo intrascendente, y la felicidad es intrascendente. No le importa a nadie más que al hombre en cuestión. Cuando alguien pregunta por el sentido de la vida busca algo grande, de repercusiones gigantescas, y por eso se engaña. El único sentido de la vida es la felicidad, aunque con ella caigamos en el olvido. Y el hombre no se convence de eso. Siempre se busca la gloria, el dinero, la fama, y lo único que se consigue es una muerte que no se asume ni se espera. Es el gran dilema de Aquiles: la felicidad (y la vida) o la gloria (y la muerte). Al menos él sabía lo que elegía. Nosotros elegimos una cosa creyendo que elegimos otra, y cuando nos llega la muerte todavía nos preguntamos por el sentido de la vida, con un gusto amargo en la boca ante la sospecha de que no hemos elegido bien.
¿Cuál es el camino de la felicidad y cómo se llega a ella? Es algo en lo que todavía sigo pensando…
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14 de diciembre de 2009
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Hola Lucas,
ResponderEliminarYa estaba extrañando este tipo de post! Todavía hay ciertas cosas abstractas que por su naturaleza son difíciles de cuantificar como la felicidad, el amor y la gloria, ya llegara el momento en que tengamos el amorometro pero hasta entonces podemos simplemente verter hipótesis como la de tuya.
Concuerdo con la idea del sentido de la vida que propones: LA FELICIDAD ¿Cómo llegar a ella? No me parece una mala idea perseguir momentos gloriosos, conseguir un buen trabajo, recibir un buen sueldo, obtener un ascenso, terminar una carrera, alcanzar una meta, ganar una competencia, sentir orgullo por los logros de tus hijos, se me ocurren mil mas, pero el punto es que la gloria no es un antagónico de la felicidad bajo mi punto de vista, inclusive un artista que obtuvo fama por su obra también podría sentirse feliz por ello.
Claro que si a nosotros nos dan a elegir entre vida y felicidad o gloria y muerte, la gran mayoría elegiríamos la primera opción, pero nunca es tan trivial el asunto y como hipótesis alternativa a la de Lucas no me parece mala una de este estilo: “Los momentos gloriosos dan felicidad (a la gente normalita)” :)