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19 de enero de 2017

TREN A BUSAN: un tren (zombi) fuera de control





Lo interesante (y, para los amantes del género, maravilloso) de las historias de zombis es que no necesitan innovar para deleitar a los espectadores. Si bien los zombis actuales no son los mismos que poblaron las pantallas en blanco y negro en films como White Zombie o la ya legendaria Night of the Living Dead, el éxito de una película o de una serie no depende de las vueltas de tuerca que se le pueda dar a los argumentos. Así, nunca sabemos con exactitud qué desencadena el origen de los zombis ni si el mundo volverá a ser el mismo después de su aparición. Lo importante, en todo caso, es que los zombis estén ahí, tan irreflexivos y hambrientos como siempre, ya sea que se arrastren lentamente (al mejor estilo The Walking Dead) o corran a velocidades asombrosas (World War Z).

            En la línea de los zombis correcaminos, nos llega desde Corea del Sur Tren a Busan (Busanhaeng), una superproducción que concentra todo un apocalipsis Z en un ramal de ferrocarril. La pequeña Soo-an (Kim Su-an) sólo quiere un regalo de cumpleaños, visitar a su madre, que vive en Busan. Su padre, Seok-woo (Gong Yoo) apenas puede decirle que no, la culpa por su separación se suma al poco tiempo que pasa con ella por estar demasiado comprometido con su trabajo. Por esto mismo, decide cumplir con el regalo de cumpleaños y acompañar a su hija en tren hasta donde vive su ex mujer, para luego volver y retomar sus actividades laborales. Pero algo no está bien. Las calles parecen extrañas, los bomberos y la policía se ven más de lo que se suelen ver y las sirenas se escuchan por todas partes. Finalmente, una vez en viaje, Seok-woo y Soo-an se relajan, sin saber que aquello que estaba amenazando a la ciudad ya se metió en el tren.

            El suspenso, la acción que no da tregua, un terror puro y genuino, unos efectos especiales tan increíbles como creíbles y unas actuaciones sorprendentes hacen de Tren a Busan la mejor película de zombis de lo que va el siglo XXI. Sin desviarse de las convenciones del género, aporta, además, una cuota de emotividad que no suele estar presente (al menos no de manera satisfactoria) en este tipo de historias. Los corazones frágiles no podrán evitar derramar algunas lágrimas.

            Si pueden, vayan a ver Tren a Busan. Es, hablando oportunamente, un tren (zombi) fuera de control.


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Título original: Busanhaeng
Año: 2016
Duración: 118 min.
País: Corea del Sur
Director: Yeon Sang-ho
Guión: Yeon Sang-ho
Reparto: Gong Yoo, Ma Dong-seok, Ahn So-hee, Kim Soo-an, Jung Yu-mi, Kim Eui-sung
Productora: Next Entertainment World



13 de enero de 2017

QUIEN PIERDE PAGA, de Stephen King







ESA PASIÓN LLAMADA «LITERATURA»


«Pero eso daba igual. Las cosas del mundo iban quedando
en la cuneta. Uno perdía la rapidez de movimiento y la vista
y esa puta vitalidad eléctrica, pero la literatura era eterna (…)».
Stephen King, Quien pierde paga.


Después de hacerse rogar más de lo esperado, llegó a la Argentina Quien pierde paga (Finders Keepers en inglés) de Stephen King, la segunda entrega de la llamada «trilogía Bill Hodges», precedida por Mr. Mercedes (publicada en Argentina a finales del 2014) y cerrada por End of Watch (todavía inédita en castellano).

A diferencia de lo que vimos en Mr. Mercedes, en Quien pierde paga nos encontramos con un Bill Hodges rebosante de buena salud, que ha perdido unos quince kilos, lleva una vida saludable (con ejercicio y buena comida) y que, con sus sesenta y seis años, ve la vida en clave de «disfrutar de cada día» (pág. 174). Muy lejos de ese hombre recién jubilado que se pasaba todo el día sentado en su sillón mirando la televisión, comiendo comida chatarra y metiéndose, cada tanto, el cañón de su revólver Smith & Wesson calibre 38 en la boca. Pero esto es adelantarnos demasiado. Bill será el protagonista de la novela, pero no aparecerá sino avanzada la historia. Hay mucho más que decir antes.

Quien pierde paga nos presenta a un nuevo villano, Morris Bellamy, un joven fanático de las tres novelas del escritor John Rothstein que tienen como protagonista al personaje de Jimmy Gold. Para Morris, Rothstein no es más que un traidor, ya que hizo que Jimmy, símbolo de la rebeldía juvenil en las dos primeras novelas, se vendiera al sistema por unos cuantos dólares en la tercera. Para un fanático como Morris, la degeneración de Jimmy Gold es imperdonable, y el único culpable de ella es su creador, John Rothstein. Así, decide hacer justicia, yendo a la granja donde el escritor se recluyó después de retirarse de la vida pública y literaria. Su objetivo es claro: darle un escarmiento al viejo traidor, robarle la plata que pudiera tener encima (para repartirla con sus dos cómplices) y, todavía más importante, hacerse con los cuadernos que, según dicen, contienen todo lo que Rothstein siguió escribiendo después de su voluntaria jubilación. Con un poco de suerte, la trilogía de Jimmy Gold es más que una simple trilogía, y el personaje amado por Morris encontró finalmente la redención en alguno de aquellos manuscritos.

De esta manera, se lleva a cabo el robo, Morris consigue los cuadernos y vuelve a su casa. Pero las cosas se complican y, por una cuestión ajena a Rothstein, Morris termina en la cárcel con una perspectiva para nada alentadora: cadena perpetua. Por suerte, dejó los cuadernos bien escondidos, enterrados en un campo abandonado. Cuando por fin logre salir de la cárcel, tres décadas después, sólo una cosa tendrá sentido para él, buscar los cuadernos y leerlos. El hecho de que un adolescente llamado Peter Saubers haya encontrado el cofre enterrado y se haya quedado con la obra inédita de Rothstein será, para Morris, una piedra en el camino. Para Peter, el otro gran protagonista de esta historia, será el mismísimo infierno.

Y acá es donde entra en acción Bill Hodges, ahora convertido en algo parecido a un detective privado, después de que Tina, la hermana de Peter, recurriera a él para ayudar a su hermano. Desde ese momento, Bill tendrá una vez más que enfrentarse a una carrera contra reloj para evitar que Morris mate a Peter y a su familia. No estará solo, sus amigos Jerome y Holly, que conocimos en Mr. Mercedes, lo acompañarán.

La novela está muy buena. Sin lugar a dudas, conformará a los lectores constantes y a aquellos que hayan leído Mr. Mercedes. Una vez más, tenemos un argumento con suspenso que, si bien es menos lineal que el de la novela anterior (los saltos en el tiempo, al menos en la primera parte, abundan), no carece de lo más importante: una buena historia, que mantiene en vilo y que impide que dejemos el libro sin preguntarnos cuándo lo vamos a volver a agarrar. La tensión narrativa, la complejidad de los personajes, la destreza con la que King llega a nuestros corazones y la crudeza de una violencia demasiado verosímil como para no considerarla real, son la garantía de esta nueva novela.

Por otra parte, es importante señalar la esencia misma de esta nueva entrega de la «trilogía Bill Hodges»: LA LITERATURA. En efecto, Quien pierde paga es una novela que pone en escena la pasión por la literatura y los extremos a los que dicha pasión puede llegar. Todo se trata del amor (o, mejor dicho, la fascinación) por la lectura. Por un lado, tenemos a Moris Bellami, mientras que por el otro está Peter Saubers. Los dos son muy distintos, pero alarmantemente parecidos. Los dos están obsesionados con Jimmy Gold, los dos aman la literatura hasta el punto de preferir la ficción a la realidad. Quien pierde paga es una novela que sólo pudo haber sido escrita por una persona como Stephen King, alguien que ha hecho de la literatura su vida, que ama no sólo escribir, sino también leer. Por esto mismo, todos los amantes de la lectura encontrarán aquí un refugio en el que esconderse, un espejo en el que verse, un asesino en quien identificarse.

Señoras y señores, lectores constantes y lectores esporádicos, tenemos una nueva novela de Stephen King. Y créanme, es de las mejores.



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Sobre el autor: Stephen King nació en Maine (EE.UU.) en 1947. Estudió en la universidad de este Estado y después trabajó como profesor de literatura inglesa. Su primer éxito literario fue Carrie (1974), que, como muchas de sus novelas posteriores, fue adaptada al cine. Lleva escritas más de cuarenta novelas (entre las que se destacan Cementerio de animalesItThe Green MileUn saco de huesos y la saga La torre oscura, entre muchas otras) y doscientos relatos. En 2003 fue galardonado con el premio literario estadounidense de mayor prestigio, la medalla de The National Book Foundation for Distinguished Contribution to American Letters.



- King, Stephen, Quien pierde paga, Buenos Aires, Plaza & Janés, 2016.



7 de enero de 2017

"Don Genaro" en miNatura 153





Amigos, acaba de salir el nuevo número de la revista española miNatura (bajo el tema "Universo Quijote") con mi relato "Don Genaro", tanto en inglés como en castellano (la traducción estuvo a cargo de Yanina Pandullo). Los invito a leer y a compartir. ¡Saludos!




"El final" en PERIÓDICO IRREVERENTES





          Amigos, seguimos a full en PERIÓDICO IRREVERENTES, prácticamente con un cuento por semana, todos de terror realista. Hoy se publicó "El final", una historia de amor. ¿Te animás?




"En sala amarilla" en PERIÓDICO IRREVERENTES





          ¡NUEVO CUENTO! Amigos, PERIÓDICO IRREVERENTES publicó un relato nuevo. Se trata de uno de la colección de historias que transcurren EN EL COLEGIO. En este caso, "En sala amarilla". Ojalá les guste.





EN LA MENTE DEL ASESINO: cuando los valores entran en crisis






¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? ¿Alguien podría afirmar, sin miedo a equivocarse, lo que es bueno y lo que es malo? Éstas son algunas de las preguntas que plantea la película En la mente del asesino (Solace), dirigida por Afonso Poyart y magistralmente protagonizada por Anthony Hopkins, Colin Farrell, Abbie Cornish y Jeffrey Dean Morgan (sí sí, el ahora famoso Negan de The Walking Dead).

            La historia comienza con dos agentes especiales del FBI, Joe Merriwether (Jeffrey Dean Morgan) y la Dra. Katherine Cowles (Abbie Cornish), superados por un caso en extremo enigmático: un asesino en serie que elige a sus víctimas aparentemente al azar y que reproduce un mismo modus operandi, una certera y fatal estocada en la nuca. Al no encontrarle una salida a este laberinto, Joe decide contactar a su viejo amigo el doctor (y psíquico) John Clancy (Anthony Hopkins), quien vive solo y apartado del mundo después de que su hija falleciera de leucemia. Así, los tres comenzarán a recorrer un camino en el que descubrirán, gracias a los poderes extrasensoriales de John, que nada está librado al azar y que la distinción (tan cómoda y tan funcional) entre el bien y el mal no responde a nuestras bien aprendidas concepciones.

            La película es excelente. Sin dejar de ser un policial, dotado de un suspenso que no permite levantarse de la silla ni para ir al baño, la historia trabaja muy bien con lo fantástico y seduce también con la reflexión axiológica y con la pregunta que cualquier ser humano se ha hecho en algún momento de su vida: ¿tenemos un destino escrito o somos dueños y responsables de lo que nos va a ocurrir? Lo más interesante tal vez se deba al hecho de que la película no aventura ninguna respuesta, y es el espectador (a partir de lo que ve) el que tiene que resolver sus propios dilemas existenciales.

            Si todavía no la viste, En la mente del asesino es una gran película para arrancar con este 2017.



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Título original: Solace
Año: 2015
Duración: 101 min.
País: Estados Unidos
Director: Afonso Poyart
Guión: Sean Bailey, Ted Griffin
Reparto: Anthony Hopkins, Abbie Cornish, Colin Farrell, Jeffrey Dean Morgan, Xander Berkeley, Janine Turner
Productora: Eden Rock Media / FilmNation Entertainment / Flynn Picture Company