A veces, algunos libros llegan justo cuando uno los necesita. Este fue, para mí, el caso del poemario Escribiéndome, de Meli Nicolosi. En sus páginas, Meli desarrolla una idea de la literatura, en este caso de la poesía, que a mí no puede más que cautivarme: la escritura como una forma de (auto)indagación y de (re)construcción. A medida que el lector recorre los poemas, nota que la escritura es el espacio desde donde surge el propio “yo”, en tanto vacío y silencio que va tomando forma y expresión. Así, preguntar(se) desde la poesía, desestabilizar(se) gracias a la poesía, (re)fundar(se) por medio de la poesía se convierten en mandatos tanto vitales como estéticos.
El poema aparece, entonces, como el lugar de la pregunta que no teme la respuesta, como el espacio de la libertad que no se ve atravesado ni por el tiempo ni las circunstancias, como la posibilidad de ser uno mismo sin la mirada ajena ni los miedos propios:
la inquietud del ser
la revolución de la conciencia
el caos en su mayor expresión.
sin moral, sin restricciones
sin miedos del qué pensaran
(…)
sin un mundo regido por el tiempo
que nos corre e intimida
sin ese peso que nos arruina la
imaginación y
libertad
(…)
(“la
inquietud del ser”)
(…)
invento poesía que hable
de lo que yo no puedo,
(…)
(“invento”)
Como se ve, la poesía es el recurso del que no puede comunicarse de otra forma. Y lo hace no desde la palabra en tanto tal, sino desde su utilización estética. En estos poemas no se confía en la invulnerabilidad de la palabra, sino que no se duda del poder de la escritura. No se trata de que digamos lo que sentimos, sino de que lo hagamos poesía. El poema, de nuevo, es el espacio donde lo que no puede ser dicho, lo impronunciable, se escribe:
escribí
escribí lo que no podía decir
-o no quería-
escribí lo que no me permitía sentir
lo que podía decir dentro mío,
pero lo que no salía en mi voz
las palabras
que me resultaban fuertes decirlas
pero no escribirlas
te escribí
porque mi boca no quería decir
escribí y existí
(…)
(“el
arte de escribir(me)”)
Por todo esto, me parece interesante el título Escribiéndome. Justamente, en este indagar, en este buscar por medio de la poesía, hay un construir(se) desde la escritura. Al tiempo que el/la poeta escribe, se escribe.
Estas son apenas algunas cuestiones que se pueden leer en los cuarenta y nueve poemas que conforman Escribiéndome, de Meli Nicolosi. Son las cuestiones que me interpelaron a mí y que, de una manera bastante literal, me desarmaron. Les recomiendo el libro, que pronto saldrá publicado por Autores de Argentina y que ya se consigue en formato ebook por intermedio de la autora.
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Sobre la autora: Meli Nicolosi nació en Berazategui, Buenos Aires, Argentina. Tiene 26 años y Escribiéndome es su primer libro de poesía. Amante de la fotografía y de capturar lo invisible, encuentra en las palabras otra forma de mirar el mundo. Este es su primer libro de poesía, nacido del deseo profundo de poner en palabras lo que a veces no sabemos cómo decir. Escribe desde las emociones, la memoria y el cuerpo, con la esperanza de que quien lea pueda encontrarse en sus versos, sentirse acompañado y un poco más libre. Cree en la poesía como puente, como refugio, como forma de estar cerca, incluso en la distancia e inventar lo que no existe.