Construimos las ciudades más
grandes y desarrolladas, pero soñamos con descansar en una casa en el campo o
en la playa. Creamos los mejores sistemas de audio para componer todo tipo de
música, y nos relajamos poniendo en YouTube sonidos de la naturaleza. Tenemos
todos los efectos especiales a nuestra disposición en todos los formatos
posibles (televisores, celulares, cines) y nos quedamos "tildados"
ante la simpleza de un árbol, de una nube o de un relámpago. Desarrollamos los
mejores perfumes para que huelan tan bien como la más silvestre de las flores
(y, tenemos que admitirlo, no hay olor como el de la lluvia). Tocamos miles de
veces decenas de pantallas al día, aunque nada se siente mejor que el cuerpo de
otra persona en la pasión de la mutua entrega. En fin, el ser humano, ese ser
que progresa nostálgicamente mirando de reojo hacia atrás.
2 de noviembre de 2018
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