«Siempre hay que prestarle atención al
segundo libro», les suelo decir a mis alumnos. Y tiendo a agregar: «En el primer libro, y más cuando se trata de
cuentos, un escritor pone lo mejor que fue acumulando a lo largo de los años.
Por eso, el segundo suele dejar en evidencia el material que quedó descartado del
primero junto con lo más reciente del autor, aquello que no tuvo tiempo de
corregir hasta el delirio, por lo que uno puede intuir qué tan bueno es un
escritor cuando aborda su segundo libro, no el primero». En esta
oportunidad, quiero hablarles de un segundo libro, el de Fabián García: No juegues con eso, publicado este año
por la editorial rosarina Miércoles 14.
No
juegues con eso reúne diez cuentos fantásticos de una calidad asombrosa y
de una oscuridad poco menos que traumática. En relación con lo que dije en un
comienzo, Fabián García es uno de esos escritores que con su segundo libro
confirman todos los elogios que recibieron con el primero, en su caso La lengua de los geckos, publicado en
2019 por la editorial Muerde Muertos.
Cuando presenté La lengua de los geckos en la Feria del Libro de Buenos Aires en
2019[1],
hablé de un «fantástico biológico»,
refiriéndome a ese estilo tan particular de García, que muestra una naturaleza
desbordada que rompe con los límites de la realidad (o al menos con lo que se
considera «realidad»). En No juegues con
eso, el «fantástico biológico» vuelve a estar presente, erizando los pelos
del lector y haciéndolo dudar de lo que hasta el momento consideró cierto y
familiar: especímenes desconocidos que surgen de la tierra del patio de una
casa corriente y poseen a los humanos (“No juegues con eso”); ácaros capaces de
alimentarse de los deshechos humanos y, con ellos, construir dobles en
dimensiones desconocidas (“La vida imperceptible”); seres indefinibles que
proporcionan placeres íntimos a personas ávidas de contacto (“Reír a oscuras”);
gatos capaces de lo inconcebible (“Porque éste es mi cuerpo”). En estos
relatos, y no sólo en estos, lo sobrenatural no es lo que rompe con lo natural,
sino lo que lo excede. Lo fantástico, entonces, no se da por algo que quiebra
las leyes naturales. Se da, de manera sistemática, por una ampliación, una exacerbación
de los límites de lo natural. Más allá de los límites, nos espera la verdadera (y
aberrante) naturaleza de las cosas.
Pero los relatos de No juegues con eso no sólo trabajan con
este «fantástico biológico», sino que, además, algunos de ellos (como “Caí
sobre mi diestra”, “Lo antiguo, lo múltiple”, “Somos lo que comemos” y “Ni el
día ni la hora”) lo combinan con una vertiente mística, dando un paso más en esta
manera tan especial de trabajar lo fantástico. Lo sagrado y lo religioso no
pertenecen, en estos cuentos, a un mundo ajeno, puro y extraterreno. Es la
misma naturaleza la que alcanza el rango de lo sagrado, y lo alcanza justamente
con la incorporación de lo múltiple, con la asimilación de lo discordante, con
la exaltación de la pútrida materia.
Al leer a García, recordé a Horacio
Quiroga y al Leopoldo Lugones de Las
fuerzas extrañas. No me gusta comparar a los escritores actuales con los «muertos
infaltables de siempre», pero en este caso voy a hacer una excepción, porque lo
que nos ofrece Fabián García, tanto en La
lengua de los geckos como en No
juegues con eso, es una anomalía, una excelente y destacable anomalía que
recupera lo mejor de la tradición fantástica rioplatense (que muchas veces se
pierde de vista por mirar faros extranjeros) y le da un giro nuevo por ser nuevo el siglo en que se ubica.
Consigan No juegues con eso, que además cuenta con ilustraciones increíbles
de Pablo Castillo y una contratapa de Pablo Martínez Burkett. Después me
cuentan.
***
Sobre el autor: Fabián García nació en 1973, en la ciudad de Buenos Aires, y vive en
Ramos Mejía. Asistió a los talleres de poesía de Osvaldo Bossi y Walter
Cassara, y actualmente trabaja su narrativa con Guillermo Martínez. Publicó sus
poemas en fanzines y revistas, y colabora con artículos en diversos medios
digitales. Devoto del relato de horror (en especial el del siglo XIX) y la
ficción distópica, admira a Borges, a Kafka y a Poe. El sello Muerde Muertos
publicó en abril de 2019 La lengua de los
geckos, su primer libro de cuentos. En 2021 la editorial Miércoles 14
publicó el segundo, No juegues con eso,
con ilustraciones de Pablo Castillo.
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