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Las fiestas, a veces, nos permiten reflexionar sobre cuestiones específicas. Si tenemos un poco de suerte y un grupo de personas con las cuales llevarlas a cabo, pueden favorecer también el desarrollo de reuniones y discusiones, siempre específicas. Y esto mismo es lo que me sucedió una calurosa tarde de diciembre, hace ya siete u ocho años. En aquel entonces (yo era soltero y gozaba del desempleo de los primeros años de la post-adolescencia) estaba reunido con unos amigos con los que, cada viernes, discutíamos de religión. Ellos eran protestantes (aún lo son) y yo (en teoría) católico (aún lo soy, en teoría). Debido a la fiesta que se acercaba, nuestra charla derivó en la navidad.
Su planteo fue simple, pero contundente: Todo lo que desvía de Dios es diabólico, por eso Papá Noel es diabólico, porque hace que la navidad gire en torno a él y no al nacimiento del Cristo. En un primer momento me pareció algo exagerado, propio de una agrupación fanática que veía al diablo en cada esquina y en cada canción o programa de televisión. Pero la afirmación tenía algo que me pareció interesante y se mantuvo firme en mi mente todos estos años.
Para justificar su frase, mis amigos se sostenían de un pasaje de la primera carta de Juan:
«¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne, habla de parte de Dios.
En cambio, si un inspirado no reconoce a Jesús, ese espíritu no es de Dios; es el mismo espíritu del anticristo» (1 Juan 4, 2-3).
Queda claro que para mis amigos todo era blanco o negro. O eras de Dios o eras del anticristo; o estabas en el camino de Uno o estabas en el camino del otro. No creo que haya nada que recriminar; después de todo, la Biblia misma no deja muchos lugares para los grises. Pero bueno, a partir de este pasaje ellos hacían la siguiente reflexión: Lo diabólico no necesariamente tiene que ser lo (moralmente) malo u horrible, sino simplemente lo que desvía del camino de Dios. Porque así trabaja el diablo, desviando de a poco, sin que siquiera lo notemos. Entonces, todo lo que desvía del camino de Dios es diabólico; y Papá Noel desvía; ergo, Papá Noel es diabólico. No porque fuera malo, o feo, o monstruoso, sino porque, simplemente, hace que la atención se desvíe del Cristo.
Me resistía a creerlo, pero entonces caí en la cuenta de que la mayoría de los niños (incluyéndome a mí, de niño) esperan la navidad sólo para recibir regalos, y son estos regalos los que ocupan gran parte de las preocupaciones adultas (¿alguna vez se internaron en un centro comercial una víspera de navidad?). O incluso mucho peor: algunos (aunque parezca mentira pude corroborarlo en mi propia familia) ni siquiera saben qué se conmemora en la navidad, y si se les apura terminan arriesgando cualquier respuesta, siempre teniendo a Papá Noel como personaje central.
Cada navidad la reflexión de mis amigos vuelve a presentarse y me obliga a algunos minutos de silencio. También me obliga a preguntarme sobre otras fiestas religiosas: año nuevo (no creo que muchos sepan que la fecha conmemora la circuncisión de Jesús, es decir su ingreso al pueblo de Dios), Pascuas, etc… Y todo esto me empuja a la siguiente pregunta: ¿el mal en el mundo actúa siempre de forma evidente y, si se quiere, terrible? ¿No hay formas más sutiles, incluso bonitas o agradables, de insertar el mal en el mundo? Supongo que sí, por eso mismo cualquiera que se aventure a afirmar que Papá Noel es diabólico recibirá una buena dosis de burlas.
Alguien podría decirme que la reflexión de estos muchachos sólo puede funcionar (en el caso de que lo haga) dentro del pensamiento cristiano en general y evangelista en particular, en donde sólo hay dos posibles caminos a recorrer. Puede ser. No hay que exigirle a ninguna teoría que sea coherente más allá del sistema que ella misma ha delimitado. De lo contrario, cualquier teoría puede ser destruida, no importa si fue Platón el que la planteó o Hegel. No tiene sentido discutirles a estos filósofos fuera de la concepción de las ideas o del sistema dialéctico, respectivamente. Si no lo hacemos con ellos, supongo que no tenemos porqué hacerlo con mis amigos. En todo caso, sirve para pensar, cosa que no es poco.
Y cuando elevemos la copa, en esta o en cualquier otra navidad, sería bueno replantear nuestras propias creencias y ver si se corresponden con lo que estamos festejando. Si somos cristianos, bueno, entonces la teoría de un Papá Noel diabólico no tendría que sonar tan descabellada; si no lo somos, en última instancia la misma frase «Feliz navidad» surgida de nuestros labios ya es de por sí descabellada.
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31 de diciembre de 2008
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Muy original la mirada diabolica de la navidad! Pero para mi si hay grises entre ser de dios y ser del anticristo. Queda bajo responsabilidad de los padres dejarle en claro a los hijos de que se trata la navidad.
ResponderEliminarOriana Torres dice:
ResponderEliminarEs definitivamente verdadero lo que dice la palabra de Dios altisimo por que esta palabra permanece y se cumple siempre. Lo afirmo con la autoridad de cristo porque soy de cristo.
mira yo soy cristiano antes que nada veo que sos creyente y que bueno y que intentas concientizar a la gente.pero yo te digo esto si lees la biblia no hay una fecha donde indique el nacimiento de jesus nuestro unico y poderoso dios sobre todas las cosas.la navidad en si es un arreglo romano de donde deriva todo el catolicismo.yo tambien era catolico como mi familia pero siempre le pedia a dios que me revele su verdad y te puedo decir que me la revelo.si vos queres de verdad estar en el camino correcto lee la biblia y sinceramente es blanco o negro el camino.por que hay un solo mediador entre el hombre y dios que es jesucristo hombre.y el que no naciere del agua y del espiritu no vera el reino de los cielos..y esto se consigue bautizandonos en el nombre de nuestro unico DIOS JESUS.. por favor lee la biblia es muy clara..
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